Aunque la firma asiática de tecnología reaccionó rápido por los problemas de batería que presentó su producto estrella de la temporada, las consecuencias han generado una reacción en cadena que amenaza con desestabilizar a la más dura competidora de Apple.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
La batería defectuosa de la phablet Galaxy Note 7, que ocasionó que Samsung recogiera todas las unidades de este, su producto estrella de la temporada, apenas 15 días después de su lanzamiento mundial, sigue ocasionando problemas mucho más allá de los que la propia empresa podría prever. Y el mayor de todos, es la estocada que recibió la imagen de la más feroz competidora de Apple en el reñido mercado de los teléfonos inteligentes.
El diario New York Post, informó que el pasado fin de semana uno de estos dispositivos explotó en las manos de un pequeño de seis años mientras éste veía una película en él. En la Florida los esposos Nathan y Lydia Dornacher relataron que el pasado 5 de septiembre, dejaron cargando dentro de su camioneta el teléfono, y cuando salieron de nuevo, encontraron el vehículo en llamas, aparentemente, por la explosión del dispositivo móvil.

El caso del incendio de una camioneta por la explosión de un Galaxy Note, tuvo gran difusión mediática.
Después del anuncio de Samsung de parar la venta del Galaxy Note 7, ante la cantidad de reportes de experiencias negativas del teléfono, la compañía tecnológica envió un segundo comunicado a los consumidores con una propuesta salomónica: no cargar la batería a más del 60% de su capacidad. Más de uno frunció el ceño.
La Comisión de Seguridad del Consumidor de EE.UU. (CPSC por sus siglas en inglés) publicó una declaración oficial donde «urge a todos los consumidores que tienen un Samsung Galaxy Note 7 a apagarlo y dejar de cargar o usar el dispositivo».
El escándalo no es solo en tierra. La advertencia es válida también en el aire. “A la luz de los incidentes recientes y de las inquietudes que ha manifestado Samsung sobre sus dispositivos Galaxy Note 7, la Administración Federal de Aviación advierte categóricamente a los pasajeros que no enciendan ni carguen estos dispositivos a bordo de aeronaves y que los guarden en el equipaje documentado”, dio a conocer la dependencia.
También en Europa el escándalo y las advertencias se han hecho virales. Tras la recomendación de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) de apagar los Galaxy Note 7 a bordo y no facturarlos en el equipaje, las aerolíneas poco a poco se han ido sumando a la medida. En España Iberia decidió instaurar la recomendación en todos sus vuelos y Air Europa también tomó esa decisión. Iberia Express, la aerolínea ‘low cost’ de Iberia, se ha sumado también a la medida en las últimas horas. Otras como Vueling aún lo están analizando, pero se prevé que adopten una conducta similar.

Las bolsas de valores se han hecho eco del escándalo y las acciones de Samsung bajaron 7% en pocos días.
Las facturas para Samsung no se han hecho esperar. La empresa anunció la sustitución de las baterías de litio en sus dispositivos y para ello convocó a un nuevo proveedor. Para ello la empresa invertirá unos 1.000 millones de dólares. Esto representa un 5% de las ganancias que esperaba la tecnológica para este ejercicio fiscal.
En los mercados bursátiles el escándalo también ha tenido eco. Las acciones de la compañía, la más importante del país, cayeron un 7% en pocos días, hasta 1,46 millones de wons (unos 1.318 dólares), su nivel más bajo en dos meses y la caída diaria más importante en un sólo día este año.
Según el responsable de la división de telefonía de Samsung, Koh Dong-Jin, el porcentaje de aparatos defectuosos es de 24 por cada millón y se necesitarán dos semanas para sustituirlos. Pero el daño que se ha causado a la imagen de la compañía, sobre todo coincidiendo con la difusión mediática que ha recibido Apple por el lanzamiento de su IPhone 7, amenaza con perdurar al menos, toda la temporada de 2016.