
Llegó la hora de la verdad en medio de las controversias que ha suscitado esta primera etapa de la administración del Presidente Gustavo Petro Urrego, en medio de uno de los más agitados comienzos de los últimos años.
Por Rafael Sarmiento Coley
Es bueno recordar que es la primera vez que el inquilino de la Casa de Nariño es de una filiación política distinta a las castas que se habían mantenido casi desde cuando el país goza de un sistema político democrático con ciertos vaivienes, pero superando las tormentas.

En esta ocasión se vislumbra una medición de fuerzas muy reñida. Porque todos los sectores políticos irán tras la victoria del mayor número de alcaldías y gobernaciones, y el logro de un mayor número de Diputados, Concejales y Ediles.
Cifras que reflejarán el nivel de aceptación o rechazo de la gestión del petrismo, sacudido por escándalos provocados por altos y medios mandos de su colectividad. Es decir, fuego amigo encendido por personajes de las entrañas del Pacto Histórico, como el desatado por el exdiputado del Atlántico Nicolás Petro Burgos, el propio hijo del Presidente Petro Urrego.
En el caso del Atlántico y Barranquilla todo parece indicar que al petrismo le irá como a perro en misa.
Por un lado, la falta de liderazgo de figuras destacadas de dicho sector, como el Representante a la Cámara por el Atlántico Agmeth Escaf. Su voz no se escucha en los grandes debates nacionales y seccionales, cuando debió desde un comienzo ponerle el pecho a la brisa ante las constantes y duras críticas al llamado Gobierno del Cambio.
En verdad no ha cambiado. Y, lo peor, es que los alfiles del Gobierno Nacional no dicen ni mú.
Así las cosas, el mandatario nacional ha quedado en medio de una inocultable soledad. Huérfano de aquellos que deben su curul a la «Ola del Cambio», que tal parece que llegó para que todo siga igual.
Lo cual se refleja en la poca aceptación que tienen los aspirantes de dicha colectividad en las encuestas de opinión con miras a la cita electoral de este domingo 29 de octubre.
De conformidad con las encuestas, en Bogotá, Gustavo Bolívar, el principal asesor e ideólogo de Gustavo Petro, tiene una contienda muy dura, cuesta arriba, frente a dos delfines de las castas políticas tradicionales: Carlos Fernando Galán, hijo del inmolado caudillo liberal Luis Carlos Galán; y Rodrigo Lara Restrepo, hijo de Rodrigo Lara Bonilla, el valiente Ministro de Justicia que se le paró firme al sanguinario narcotraficante Pablo Escobar Gaviria jefe del Cartel de Medellín.
Así las cosas, en la Capital del país y en regiones como el caso de Barranquilla y el Atlántico, todo parece indicar que los ganadores no serán de la cuerda del presidente Petro. Eduardo Verano y Álex Char, en nuestro caso local, no serán vencidos de manera facil.