Mateo Gaydos González alcanzó un boleto de última hora para entrar al partido del Bayern Munich contra el PSG, en el Parque de los Príncipes, París, Francia. Esta es su crónica de esa noche inolvidable en la Champions League.
Por Mateo Gaydos
Los vencedores escriben la historia, y con demasiada regularidad nos afanamos en hacerles el trabajo. Es posible que muchos se vean tentados a recordar la última vez que Luis Díaz jugó contra el PSG y considerar lógico el triunfo parisino sobre el Liverpool. Al fin y al cabo, se trata del PSG ganador de la Liga de Campeones, liderado por Dembélé, poseedor actual del Balón de Oro.
En realidad, aquel era un PSG incierto, sumido en el desasosiego tras la marcha de Mbappé, que se había clasificado por poco para los octavos de final. En aquel momento, el tropiezo del Liverpool y de Luis Díaz fue escandaloso.
La noche del triunfo
Mucho ha cambiado desde aquellas noches tristes para Lucho y su antiguo equipo. Luis Enrique volvió a ser considerado un genio, Harry Kane ganó por fin un trofeo, la euforia de la era Slot en Liverpool se convirtió en terror y Díaz llegó a París, la Ciudad de la Luz, ahora con el Bayern, brillando más que, probablemente, cualquier otro extremo del mundo en lo que va de esta temporada.
Fuera del Parque de los Príncipes, donde Luis Díaz fue figura después de anotar dos goles en el primer tiempo antes de su explosión, hinchas rindieron homenaje no solo al guajiro, sino también a otros colombianos que les han dejado huella como aficionados del fútbol.
«No me importa la tarjeta roja. Dos goles, son dos goles», dijo Martín, un acérrimo aficionado del Bayern de Múnich y hooligan retirado convertido en catering, que no pudo evitar sentir que el triunfo de su equipo en París fuera agridulce.
«Llevé a mi hijo a este partido para recompensarle por haber mejorado en los estudios», me dijo. «Vinimos aquí con mis mejores amigos y los echaron del partido por llevar los colores del Bayern. París es una ciudad increíble, pero el equipo como organización es horrible».
Su estado de ánimo mejoró cuando empezamos a hablar de Luis Díaz y su brillante actuación. «¡Necesitamos más colombianos en el equipo!», dijo. «Si tienen el mismo hambre que Luis, pueden ayudar al equipo ganar».
«El primer gol que vi marcar del Bayern Múnich fue de Adolfo el ‘Tren’ Valencia, contra el FC Colonia», dijo Alex, un aficionado del Bayern cuyos ojos se iluminan cuando habla de su equipo.
«Hace unas semanas, mi padre dijo que Luis Díaz era solo otro Leroy Sané», dijo. «Ahora cree que Luis es el mejor».
Recientemente, la leyenda del Bayern Phillip Lahm explicó el término alemán «Spielerverein», que resume la cultura de «club de jugadores» del Bayern de Múnich. Lahm afirma que el Bayern no es un club que se somete simplemente a la visión de un técnico. Las tácticas y la cultura surgen de sus jugadores, de sus personalidades y de sus estilos de juego.
Según Alex, esta podría ser la razón por la que el técnico Vincent Kompany está teniendo tanto éxito con los bávaros.
«Nunca dice nada malo a la prensa sobre sus jugadores», dijo Alex. «Kompany ha creado un ambiente positivo en Múnich».
Aquí reinó Mario Yepes
«¡Mario Yepes sigue en nuestra sangre!», dijo Eric, fan del PSG de toda la vida y periodista de música, sobre el ex-capitán de la Selección Colombia.
«Hay algunos jugadores que juegan unos años en tu equipo y te olvidas de ellos, pero Yepes… ¡Wow! Era fuerte, un buen líder».
Eric cree que el Bayern de Múnich y Luis Díaz merecieron ganar esta noche, pero también que el equipo que ama es víctima de su propio éxito.
«Es cierto que es difícil ganar la Liga de Campeones, y también es cierto que es aún más difícil mantenerse en la cima, pero además es verdad que estamos sufriendo por la decisión de Luis Enrique y Luis Ocampo de no fichar a más jugadores».
Ahora reinó Lucho, jugando en alemán
Sin embargo, lo que no se puede negar es que esta noche el Bayern Múnich ha representado los ideales franceses de «Liberté, égalité, fraternité». Libertad, igualdad, fraternidad. Los jugadores de Kompany, y especialmente Díaz, son libres: libres para luchar unos por otros, libres para jugar, libres incluso para cometer errores.
Es esa misma libertad la que permitió a Luis Díaz salirse de su posición y causar caos entre los defensas del PSG, y posiblemente incluso la razón por la que cometió una imprudente falta que provocó su expulsión. Es un marcado contraste con el fútbol más sistemático de entrenadores como Luis Enrique, que se hizo viral por pedirle a Mbappé que corriera más, o Pep Guardiola. Los aficionados del Bayern que celebran esta noche en París saben lo que prefieren.
