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Eduardo Verano, el candidato de las regiones

Sabe que es un camino de dificultades, pero él toda su vida ha enfrentado esos desafíos.

Por Rafael Sarmiento Coley

Eduardo Verano De la Rosa, hijo del doctor Eduardo Verano Prieto uno de los hombres que lideró el proceso de consolidación de la entonces incipiente Universidad del Norte, ha sido siempre un hombre de retos.

Desde cuando, en calidad de presidente de la Fundación de Egresados de la Uninorte con un puñado de jóvenes que, desde entonces, suelen apoyarlo en todos sus nuevos desafío, se le midieron al reto de organizar el Primer Foro de la Costa Caribe colombiana. Se realizó en Santa Marta. Y fue la cuna de muchos proyectos que se convirtieron en fructíferas obras para el desarrollo de la Región.

Pero su huella más importante la dejó plasmada para siempre en la Constitución de 1991. En calidad de miembro de la Asamblea Nacional Constituyente (era uno de los más jóvenes), su bandera fue “convertir a Colombia en un país de regiones, para que así se pueda desarrollar de manera armónica emulándose entre sí las distintas zonas del país”.

Varios de los artículos de la Constitución vigente relacionados con el tema de las regiones fueron tesis suyas que, con el apoyo de la bancada costeña y de su gran mentor, Horacio Serpa Uribe –quien a la postre era uno de los tres presidentes de esa Asamblea. Los otros dos eran Álvaro Gómez Hurtado y Antonio Navarro Wolf- y, desde entonces, esa ha sido su bandera. Desarrollar a Colombia desde las regiones.

“Sin unas regiones fuertes, autónomas, con planes de desarrollo que consulten los intereses y el sentir de las comunidades, será imposible construir un país en armonía y en pleno desarrollo equitativo”, ha dicho, ahora que está en el nuevo desafío de una candidatura presidencial liberal de carácter regional.

No la tiene fácil. Porque le corresponde andar por un camino lleno de espinas y deslealtades. Lo más lamentable es que, siendo Verano De la Rosa miembro de la más pura esencia del Partido Liberal, se enfrenta a la miopía, mezquindad y ambición personal del máximo jefe del liberalismo, el expresidente de la República César Gaviria Trujillo, quien vive coqueteanto al exministro Alejandro Gaviria para que asuma como candidato oficial de esa colectividad y segundo porque el Senador y también precandidato Luis Fernando Velasco, tiene la balanza inclinada hacia el «Pacto Histórico». Verano que es de larga tradición liberal ya vivió los efectos del centralismo liberal bogotano cuando años atrás le jugaron sucio en la Registraduría y no le avalaron las firmas en la carrera presidencial. Quienes conocen a Verano aseguran que no armará disidencia ni mucho menos rebelión y terminará aceptando las imposiciones gaviristas, algo que sería de lamentar, porque si a alguien no se debe acatar es a un ‘jefe’ de la colectividad que pone por encima de los intereses supremos de la colectividad, el colocar en buenos puestos a sus hijos, con la ilusión de ver a su hijito Simón como inquilino de la Casa de Nariño, algo bastante difícil, por no decir que imposible por el nulo olfato y capacidad política de ese delfín que no llega a bagre.

Aún en contra de esas injustas vacas muertas atravesadas en el camino, Verano De la Rosa sigue con su proyecto, con mucha dignidad y con la frente en alto. Lucha a brazo partido. Y lo hace muy bien. Porque lo despreciable sería que llegara a la presidencia por un chiripazo, como llegó César Gaviria Trujillo, quien era el que le cargaba el maletín al inmolado caudillo liberal Luis Carlos Galán Sarmiento, brutalmente asesinado por los carteles de la droga, en especial el de Medellín manejado por el sanguinario capo Pablo Escobar Gaviria (‘el primo’, que aún después de muerto sigue teniendo influencia en la Casa de Nariño).

Horas después de ser asesinado Luis Carlos Galán Sarmiento, aturdido por el dolor, Juan Manuel Galán, uno de los hijos del inmolado caudillo, en un acto inesperado, dijo en un breve discurso que le salía de la garganta con serias dificultades por el dolor que llevaba en el alma y el corazón: “Doctor Gaviria, asuma usted las banderas que dejó en el aire mi padre”. Es un caso insólito e histórico en Colombia, un jovenzuelo imberbe ungió como Presidente de la República a un hombre sin talla presidencial, solo por el simple hecho de haber sido celoso guardián del maletín de Luis Carlos Galán.

About author

Director general de Lachachara.co y del programa radial La Cháchara. Con dos libros publicados, uno en producción, cuatro décadas de periodismo escrito, radial y televisivo, varios reconocimientos y distinciones a nivel nacional, regresa Rafael Sarmiento Coley para contarnos cómo observa nuestra actualidad. Email: rafaelsarmientocoley@gmail.com Móvil: 3156360238 Twitter: @BuhoColey
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