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Diego Bahamon, médico internista, su camino para ejercer en Estados Unidos

Por Ricardo Bustamante

En nuestro país, son muchos los estudiantes universitarios que aspiran, al término de sus estudios, validar u homologar su carrera en Estados Unidos, para luego desempeñar la profesión en esa nación.

Hay que tener presente que ese país es al que cada vez más inmigrantes acuden en busca de mejores oportunidades profesionales y laborales pero, allí, la educación superior obtenida en el extranjero no tiene, por sí sola, validez. En otras palabras, a manera de ejemplo, se puede decir que un médico, abogado o arquitecto, con título expedido por una Universidad de Colombia, no puede desempeñarse como tal. En esa nación necesita de la licencia profesional que se otorga después de pasar por validaciones y certificaciones de estudios, y ser avalados en sus conocimientos y habilidades profesionales.

El médico internista Diego Mauricio Bahamón Tovar es un opita genuino, nacido en Neiva, su padre es originario de Fortalecillas y su progenitora de Gigante, dos municipios del departamento del Huila. Una vez se graduó en la Universidad San Martín de Bogotá, trabajó en año rural en su ciudad de nacimiento; posteriormente, en la capital del país, laboró en el Hospital Rafael Uribe Uribe, luego en Compensar y en Saludcoop. Llegó, ya casado con Diana, a Estados Unidos, el 28 de diciembre de 2012.

Diego, a quien lo encontramos en Orlando, Florida, nos relata la trayectoria que recorrió para lograr ejercer su profesión en ese país:

“Tuve la fortuna de llegar con trabajo, haciendo algo muy cercano a mi profesión. Un familiar de mi esposa nos ofreció trabajo como asistentes médicos. La función era tomarle la historia clínica a los pacientes y examinarlos para llevar un plan. Eran aproximadamente 10 horas de trabajo y, con lo que quedaba de tiempo, nos dedicábamos a estudiar, que era en promedio dos horas diarias. Esto lo hicimos por 3 años y medio hasta que nació nuestra primera hija, Emily. Tenía un inglés básico, al que ejercité para superarlo. Obtuve la residencia, gracias a mi esposa, que es ciudadana. A esa altura, contaba con ventajas: trabajo, un inglés medio, y papeles, que me daba tranquilidad . De ahí para adelante es el esfuerzo de cada quien. Ponerse juicioso a estudiar, ojalá, le recomiendo al aspirante a validar, no haga más sino estudiar porque los exámenes son rigurosos en esta nación. Las pruebas que en siglas en inglés se resumen en USMLE , en términos sencillos, puedo decir que es el recorrido para obtener la licencia médica en Estados Unidos.

«Son tres los componentes de esta prueba USMLE a la que todo aspirante a ejercer la medicina se debe someter: 1.- Teoría Básica. 2.- Teoría Clinica y 3.- Simulacro de práctica . Logré pasar estos exámenes, pero no bastaba, tenía que especializarme para lograr mi objetivo. Después de algunos intentos, el último día de 2015, me llegó un correo electrónico del Hospital St. John’s Episcopal de Nueva York, avisándome que me había aceptado para realizar la especialización en medicina interna. Allí, estuve tres años. Ya era médico ante las entidades y autoridades de este país. Finalmente, nos venimos para Orlando y aquí estamos. Acá nació Benjamin, nuestro hijo. Actualmente ejerzo como médico internista al servicio de Central Florida Primary Care, soy hospitalista y veo los pacientes hospitalizados que requieren de Medicina Interna, en varios hospitales de Orlando”. Al doctor Bahamon, le apasiona tratar a pacientes en estado crítico y al final, ver los resultados.

Le pido al dr Bahamón Tovar una sugerencia para aquel muchacho o muchacha que estando en Colombia, estudiando medicina, quiera continuar su camino en Estados Unidos: “Lo primero es tomar la decisión rápido. Ojalá recién graduado, un punto en contra para entrar a la especialidad son los años de graduados. El inglés debe estar a nivel conversacional y muy importante: Necesario es tomarse un año, si es posible, para dedicarlo a los exámenes”.

Por último, interrogo al Doctor Diego si él considera que, a esta altura, ha logrado el sueño americano y me responde: “No, el sueño se conquista a diario trabajando, nadie tiene nada asegurado. Se logran cosas y uno tiene muchas satisfacciones pero también caen sobre mi cabeza muchas obligaciones y responsabilidades. La vida es de todos los días”.

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