Todas las encuestas apoyan la tesis de que el ex presidente Sebastián Piñera, un multimillonario empresario, sucederá a Michelle Bachelet en la presidencia de la nación más larga del mundo. Aunque una segunda vuelta se avizora en el horizonte.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
Si se concretan los pronósticos de todas las encuestadoras, lo más probable es que este domingo, el multimillonario empresario Sebastián Piñera, no consiga lograr de una vez retornar a la presidencia de Chile, que ya ejerció entre marzo del 2010 y el mismo mes de 2014, y que entregó a la que también había sido su antecesora, la socialista Michelle Bachelet.
Para Bachelet, la premisa «segundas partes nunca fueron buenas» cobró gran significado este período.
Aunque todos los sondeos señalan a Piñera como el primero, ninguna hasta ahora, le da el 50% necesario para eximirse de una segunda vuelta, que tendría que realizarse el próximo 17 de diciembre.
Piñera tendrá entonces que pactar al menos con seis de los otros siete contrincantes para lograr un piso electoral lo suficientemente fuerte para lograr su objetivo.
Durante su primera presidencia el fantasma de la lucha de clases se hizo evidente en Chile.
Con un patrimonio neto de 2,7 millardos de dólares (Forbes, 2017), Miguel Juan Sebastián Piñera es un empresario que es la antítesis de Michelle Bachelet, no solo en lo ideológico, sino también la forma de gobernar.
Durante su agitada presidencia, Piñera enfrentó las más fuertes protestas vistas en Chile después de la dictadura militar de Pinochet, vinculadas a demandas de jóvenes estudiantes de secundaria y universidades y los aumentos en las tarifas del gas natural; que le obligaron a cambiar al Ministro de Energía y dar parcialmente marcha atrás en estos incrementos.
Su relación con la clase trabajadora nunca fue la mejor. Estigmatizado como acaudalado empresario, Piñera inició su presidencia con el pie izquierdo con este sector de la población debido a que carecía de jefe en la poderosa Dirección del Trabajo. Esto le impidió actuar rápidamente en el fenómeno de despidos masivos que se inició tras el terremoto que afectó al centro norte del país el 27 de febrero de 2010.
El rescate de los 33 mineros en 2010, supuso su mayor éxito mediático en su primera presidencia.
Aunque logró un notable éxito mediático con el rescate de los mineros chilenos que habían quedado atrapados en una mina San José en agosto de 2010, los pesados resentimientos sociales en un Chile con profundas desigualdades hicieron mella en su popularidad, que se mantuvo en una media que no alcanzó el 50%.
Fue esa debilidad la que le permitió a Michelle Bachelet retomar la presidencia después de cuatro años en 2014 con una popularidad del 80%, que se desinfló progresivamente por catástrofes naturales, malas decisiones económicas y escándalos de corrupción y tráfico de influencias que afectaron incluso a uno de sus hijos.
