Belleza y colorido en comparsas, danzas, cumbiambas, disfraces y carrozas. Los disfraces desagradables y los sucesos chocantes son cosas del pasado.
Por Chachareros
De los tiempos aquellos en que desfilaban disfraces desagradables, comparsas desaliñadas, reinas desdentadas y carrozas de papel crespón empujada por un grupo de ‘voluntariosos’ borrachos, no queda sino el registro como dato histórico.
El Carnaval de Barranquilla ha cambiado para bien. Ahora es un evento internacional de entretenimiento, con una competencia magnífica de mujeres hermosas, encabezadas por la Reina del Carnaval de Barranquilla, María Margarita Diazgranado Gerlein, la querida Maqui.
Alegre. Admirable bailadora de todos los ritmos. Sencilla y con las energías suficientes para resistir una jornada como la de la Batalla de Flores que exige levantarse a las cinco de la mañana para empezar a arreglarse, desayunar deprisa y almorzar a punta de líquidos y cenar a la una de la madrugada.
Aun así, Maqui se vio bella y sonriente en todo momento. Lo mismo que Daniela Donado, exreina del Carnaval, y ahora más hermosa que antes, quien desfiló en una llamativa carroza de Atún Alamar.
Hermosas morenas de cuerpos perfectos y parejos sandungueros hicieron honor a la presencia viva de la cumbia, de la cumbiamba. Y no menos esbeltas y lindas venían más atrás las bailadoras de las comparsas con sus caderas que parecían de caucho.
Importante la presencia de la niñez y la juventud en el Carnaval. Ejemplo de ello lo dio la comparsa Dakana. “En el grupo hay niñas desde los cinco hasta los 16 años, y también algunos adultos que van marcando el paso, pero, por lo general, nosotros tenemos que defendernos solos cuando vamos en el desfile”, dice la jovencita Ángela Sofía España, una de las integrantes de Dakana.
Muy organizado el desfile. Con pocos baches. Para el registro de cámaras la pintura del piso de la Vía 40 se vió espectacular, lo mismo que la forma de las carrozas que permitían ver a las ocupantes de cuerpo entero, como la de El Heraldo, que era sencilla y casi a ras de piso.
Para quienes se quedaron en casa fue poco de lo que se perdieron, gracias a la estupenda organización de Telecaribe para transmitir este evento con alegría, pero con seriedad. Un contrasentido, que tiene su sentido común. Con cinco puntos fijos de transmisión en la Vía 40, en la carrera 44, y en la 17, com voces que sorprendieron gratamente en estos ajetreos como la de Angie Jaramillo Char, al lado de veteranos como Guillermo Escalante, Giselle Barceló, Jesica De la Peña y Excelente también el trabajo de Carlos Eduardo Vargas, y el camarógrafo que logró fabulosas tomas desde el aire a bordo del helicóptero del canal RCN. Y el recurso de Google Maps para mapear la ciudad y darle una idea al televidente de lo que estaba ocurriendo en el resto de la ciudad, a kilómetros del Cumbiódromo.