Es el «cazatalento» más importante que tiene actualmente el país. Tres de los suyos son indiscutibles titulares de la selección Colombia que está a las puertas de ir al Mundial de fútbol, Brasil 2014.
Escrito Por: Francisco Figueroa Turcios
Editor De Deportes
Detrás de ese «cazatalento» se esconde un periodista frustrado, aunque tímidamente escribe de vez en cuando en su blog: Contralínea.
Allí ha escrito el perfil de cada uno de los futbolistas que han logrado jugar en una selección Colombia en las categorías menores y han efectuado el proceso hasta llegar a la de mayores, o en su defecto militan en algún club profesional en nuestro país o el exterior.
«Yo quería ser periodista y a través de mi amigo Gilberto Marenco Better entré a trabajar a Diario del Caribe, pero como en ese momento no había espacio en la redacción, me acomodaron como vendedor de suscripciones. Jamás se dio la oportunidad de ser redactor deportivo», recuerda con nostalgia Garizábalo.
Su cosecha futbolera
Las cifras no mienten: actualmente en Europa juegan seis futbolistas que llevan la rúbrica de Agustín Garizabalo: .Juan Guilermo Cuadrado en la Fiorentina (Italia); Luis Fernando Muriel, Udinense (Italia); Abel Aguilar, Tolouse (Francia); Freddy Montero, Sporting de Lisboa (Portugal); Felipe «Pipe» Pardo, Braga (Portugal) y Carlos Rúa, Spartak (Moscú).
Además, habían jugado en el fútbol del exterior: Michael Ortega (Alemania), Cristian Mejía (Turquía), Ricardo Ciciliano (Perú) y Cristian Fernández (España).
Para un gran total de diez y todos con el sello de calidad del «cazatalento» soledeño, Agustín Garizabalo.
Joao Herrera, Notario de Soledad fue quien hizo la descripción más perfecta de Agustín Garizabalo, «cazatalento» al servicio del Deportivo Cali: «tiene ‘pinta’ de filosofo, sus gafas y el rostro le dan esa semblanza. Como entrenador no tiene credibilidad, por su biotipo. Me atrevo a asegurar que será el mejor «cazatalento» del país, porque es un filosofo del fútbol».
Abel Aguilar, Juan Guillermo Cuadrado y Luis Fernando Muriel
Agustín Garizabalo evoca los recuerdos de cómo «descubrió» a los tres futbolistas que hoy son pilares de la selección Colombia que dirige el argentino José Pekermán.
Sentado en una banca en el parque Surí Salcedo, dándole la espalda al estadio «Romelio Martínez», escenario que vio nacer a Juan Guillermo Cuadrado y a Luis Fernando Muriel, en el Torneo Asefal, que dirigen Wilfrido Solano y Carlos Bolívar, comenzó a relatar su experiencia con Abel Aguilar.
«Yo era asesor técnico de las selecciones Atlántico y por ese motivo asistía a todos los torneos nacionales de Difutbol. Me encontraba con Álvaro Aguilar, presidente de la Liga de Bogotá y padre de Abel y siempre me hablaba de su hijo «Kike», pero yo no le paraba bolas. Hasta cuando un día en Lérida (Tolima) le dije que el único jugador que me interesaba de Bogotá era el número 7, sin saber que estaba hablando del mismo que él me recomendaba. Así que, en pocos días, organizamos su ida a Cali a jugar el torneo AFISA y allí mostró que podía quedarse».
Con su voz suave y pausado describe cómo observó a Juan Guillermo Cuadrado:
«A Cuadrado lo vi en un torneo ASEFAL en Barranquilla, desde niño fue mágico. Vino con Manchester de Urabá. Lo referenciamos, lo trajimos a una veeduría con Nelson Gallego, director de las menores del Cali en ese momento, le hicimos seguimiento en otros torneos hasta cuando lo llevamos a Cali. Allí estuvo unos meses pero llegó con muchas desventajas físicas y de comportamiento. Nelson Gallego decide llevárselo con él durante 4 años y le hace el trabajo especial que necesitaba y que lo convirtió en el crack que es hoy».
Con Luis Fernando Muriel, le ocurrió un caso muy especial:
«Muriel jugaba con el equipo Santo Tomás y siempre nos hacía goles (yo dirigía la Escuela Barranquillera). Quisimos tenerlo, pero Álvaro Núñez se nos adelantó y habló con sus padres y lo llevó al Junior. Cuatro años después, el mismo Núñez lo rescata, porque ya estaba sin jugar en su pueblo y lo lleva a la Escuela Barranquillera, y en un torneo ASEFAL el técnico Jorge Cruz, que había venido con el deportivo Cali, lo referencia y me pide que le haga seguimiento. Unos meses después fue vinculado al Cali».
¿Cómo cree que ha sido la evolución de estos tres jugadores?
Hace una breve pausa, toma un poco de aire y responde: «lo de Abel Aguilar ha sido la perseverancia. Tuvo que esperar y trabajar mucho tiempo en Europa para obtener ese reconocimiento que tiene hoy. Era el clásico jugador del técnico: Al público raso no le gustaba, pero todos los entrenadores lo llamaban, quizás por su conocimiento táctico y comportamiento ejemplar. Por fortuna, en la era Pekerman ya goza también de la simpatía de la gente.
Juan Guillermo Cuadrado y Luis Fernado Muriel ascendieron de manera meteórica. Cuadrado pasó, en seis meses, del Medellín al fútbol italiano, y actualmente es un referente de habilidad y fútbol de clase. Muriel en el Deportivo Cali pasó, en una semana, de ser un amateur a prueba, a figura del fútbol colombiano, y cada vez se va consolidando como un goleador contundente en Europa. Ambos son indiscutibles en la selección».
¿Cómo trabaja un «cazatalento» en el fútbol?
La labor del «cazatalento» talento tiene un inicio y un final en el proceso de cada jugador. Hay deportistas agradecidos con su mentor, mientras que otros son ingratos. Aguastín Garizabalo habla en especial de las relaciones actuales con estos tres futbolistas que son referentes de la selección Colombia:
«Distantes. Hace años que no hablo con ellos. Imagino que me recordarán con gratitud por lo que pude aportarles en su momento. Los acompaño en lo que me corresponde, pero luego ellos cambian de escenario y otras personas entran en sus carreras. Yo, mientras tanto, utilizo mi tiempo en apoyar a nuevos jugadores, niños y jóvenes que también están en esa búsqueda.
En cuanto a sus triunfos, siento mucha admiración por todo lo que han logrado, felicidad por lo que le aportan a la Selección, alegría por la calidad que muestran y mucho agradecimiento porque alguna vez aposté por ellos y no me han hecho quedar mal, que es, en últimas, lo único que les he pedido. Es la prueba de que estoy haciendo bien mi trabajo. Como decía el director italiano Pier Paolo Pasolini de su relación con sus actores: “Yo no soy sino por ellos, que no son sino por mí”.
Otros jugadores Selecciones Colombia
Garizabalo no solo tiene el récord de aportar más jugadores a una Selección mayores, sino que también tiene otros futbolistas que han hecho parte en selecciones menores: Gustavo Cuellar, Luis Payares, Javier Espitia, Cristian Mejía, Pipe Pardo, Armando Carrillo, Antony Tapia, Ricardo Ciciliano y Michael Ortega. Muriel y Aguilar estuvieron también en juveniles y Fredy Montero en una de mayores
Metodología para hacerle seguimiento a un jugador
Aparentemente la labor de «cazatalento» podría considerarse fácil, pero no es así. Agustín se la pasa todo el año recorriendo el país asistiendo a torneos nacionales o intermunicipales donde él calcula que puede salir un talento.
Pero, además, él tiene sus propios código para ejercer esta labor:
«Yo miro al jugador como todo el mundo: en la competencia. No es muy difícil saber cuál marca diferencia. Pero viene lo otro: entro a conocerlo, a saber cómo vive, cómo entrena, su entorno, la relación con sus padres y personas cercanas, cómo resuelve sus conflictos, si tiene carácter, si es capaz de convivir en diferentes ambientes, si está interesado en mejorar cada día. Quiero saber qué sueña y cuánto está dispuesto a apostar por sus sueños. Este acompañamiento se sigue realizando, incluso, cuando ya el jugador está en la ciudad de Cali, que sienta que siempre tiene alguien ahí apoyándolo, orientándolo, pendiente de su proyecto».
¿Y el Cali le pide un perfil específico?
Más que pedírmelo, ese perfil se ha ido construyendo con el paso de los años. Yo busco un jugador que ¡quiera!, que esté dispuesto. Que goce de una riqueza técnica, que entienda el juego, que sea inteligente para convivir con otras personas, que tenga don de gente. Me doy cuenta que en Cali valoran mucho eso: que el joven se haga querer. Los vallunos son bastante prevenidos, exigentes y desconfiados, pero cuando alguien los convence de que tiene calidad y buena intención le entregan mucho afecto y respaldo.
¿La labor de cazatalentos es valorada en Colombia?
Agustín Garizabalo se quita las gafas, las limpia y toma nuevamente aire, antes de responder: «Creo que recién se le está poniendo atención a esa labor y todavía no se valora lo suficiente. Históricamente los veedores eran soñadores con una única cualidad, que era su capacidad de observación conocida como “ojo clínico”. Ahora requiere de una profesionalización, pero pocos clubes invierten seriamente en eso.
Quizás yo tuve la suerte de haber sido el primer veedor contratado oficialmente para que hiciera ese trabajo exclusivo para un club y nos ha tocado ser una especie de pionero en algunas metodologías y teorizar un poco sobre esa labor.
Pero la competencia es tenaz con los empresarios que aparecen con argumentos económicos y promesas de nuevos mercados que son insoslayables. Lastimosamente muchos clubes quieren magos o adivinos que les lleven el gran jugador como si hubiera caído del cielo y además ¡gratis!.
O prefieren negociar con un agente antes que invertir en veedurías propias. Yo creo que quedamos muy pocos románticos que trabajamos para un club de esta manera».