Este domingo a las 6:50 de la noche, falleció el cantautor Diomedes Díaz, de un infarto en su casa en Valledupar. Ya en vida era considerado una leyenda, que se inmortaliza ahora que su voz se apagó.
Escrito por Chachareros
Diomedes Díaz Maestre, uno de los cantantes y compositores más populares del vallenatos de los últimos 30 años, falleció este domingo, a los 56 años de edad, mientras descansaba en casa al lado de su actual esposa Consuelo Martínez, con quien deja tres hijos.
Ante los primeros síntomas, los familiares lo condujeron de urgencia a la Clínica del Cesar, pero los galenos confirmaron que cuando llegó al centro hospitalario ya no tenía signos vitales.
Justamente hace 15 días Diomedes había lanzado el que sería su último trabajo discográfico, titulado «La vida del artista». Y, en algunas de sus letras, de manera premonitoria, dijo que dejaba todo un legado para las futuras generaciones porque se hizo solo y luchando contra muchas adversidades.
Nació en el corregimiento de La Junta, jurisdicción del municipio de San Juan del Cesar, departamento de La Guajira y se crió en una pequeña finca de sus padres llamada Carrizal, en los años 60 se fue a estudiar a Valledupar al colegio Loperena, lo cual alternaba con su trabajo de mensajero en la emisora radio Guatapurí. Era un pretexto para estar cerca del mundo que realmente él perseguía: ser cantante y compositor vallenato.
A los 16 compuso sus primera canción de éxito, titulada ‘Cariñito de mi vida’, que años más tarde sería grabada por otro alumno del colegio Loperena, Rafael Orozco, con quien Diomedes competía en todos los concursos de cantantes escolares. Ese tema incluido en el primer trabajo discográfico de Rafael Orozco, entonces acompañado del acordeonista consagrado Emilio Oviedo, lo convirtió en el éxito inmortal tanto de Rafael como de Diomedes. Nació un cantante y un compositor. Por cierto, en ese tema, al saludarlo, Rafael Orozco lo bautiza como ‘El cacique de la Junta, Diomedes Díaz’. Posteriormente, el mismo Emilio Oviedo, uno de los directores musicales de Codiscos, presentó un proyecto y produjo un trabajo musical con artistas veteranos y voceros inéditas, entre ellas la de Diomedes Díaz, quien seleccionó el tema ‘El Chanchullito’, de su autoría. El tema lo debía grabar con el rey vallenata del acordeón Nafer Durán Díaz, hermano de Alejo Durán. Pero, por diversos motivos, Nafer no llegó a tiempo al estudio y el mismo Emilio Oviedo grabó el tema con Diomedes.
Su vida desordenada lo condujo hacia al abismo de las drogas. Un mundo escabroso que lo hizo vivir momentos de angustia, hasta ser llamado a los estrados judiciales acusado del homicidio de una joven con la que solía pasar, de nombre Doris Adriana Niño García , de 22 años de edad. y quien murió supuestamente de sobredosis de droga en un apartamento en el que había compartido con Diomedes aquella noche. Los familiares de la joven fallecida entablaron la demanda y, al investigarse a fondo, se estableció que fue sacada aun con signos vitales del apartamento de Diomedes en Bogotá. El cadáver apareció días después en zona rural de Cómbita, Cundinamarca. Los peritos oficiales establecieron que murió de asfixia mecánica, sobredosis de cocaína y mostraba signos de acceso carnaval violento. Resultaron implicados en el hecho dos escoltas del artista, una amiga de Doris Adriana, el portero del edificio y el propio Diomedes, quien fue condenado a 12 años y medio de prisión, por el Juzgado 46 Penal de Bogotá, quien ante las acciones interpuestas por la defensa de Diomedes, redujo la pena a 6 años y medio. El artista se fugó y durante algún tiempo permaneció escondido y protegido por los paramilitares. Finalmente se entregó y pagó tres años de cárcel. El incidente desgració la vida de un artista. Su salud se fue deteriorando como consecuencia de los abusos por el trasnocho, el alcohol y los alucinógenos. Sufrió de Guillén barré, lo que lo mantuvo en una silla de ruedas durante varios meses. Más adelante, en 2007, tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica a pecho abierto para corregir una obstrucción arterial que afectaba seriamente el corazón.
Diomedes que llegó a ser uno de los grandes ídolos de este género musical , no solo en Colombia sino a nivel internacionales, con temas legendarios como Mensaje de Navidad, Sin medir distancia, Bonita, Diana, Fantasía y decenas de éxitos por los que mereció varios discos de plata, oro y platino.
Como compositor fue uno de los grandes entre los grandes y deja canciones que sin duda hacen parte de la antología hacen parte de la música colombiana.
Diomedes imagino su entierro «bonito, lleno de gente, con los gamines vendiendo chicles y las viudas llorando», aunque a él la muerte no le gustaba porque no sabía que sucedería cuando su vida acabara. Ahora el «monstruo» del vallenato legó a su fanaticada las canciones y su voz en una numerosa discografía, mientras el artista averigua qué viene ahora cuando la muerte le llegó.
Es bueno recordar que dos de sus hijos, Rafael Santos y Martín Elías, son su mayor herencia, porque ellos también son artistas vallenatos seguidores de sus pasos. Precisamente, en el momento en que Rafael Santos, su hijo mayor, lo llevaba a la clínica en Valledupar, su otro hijo cantante, Martín Elías, estaba en plena actuación con el acordeonista Juancho de La Espriella en la fiesta de navidad y despedida de año que Tecnoglass le brinda a sus empleados y trabajadores, en Barranquilla. Al enterarse de lo sucedido, el manager le pidió al acordeonista que suspendiera la presentación, para informarle al cantante que su padre había fallecido.
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