Hijo único, sus padres le dedicaron todo el amor y los sacrificios para que pudiera resistir el peso del nombre con el cual lo bautizaron. Fue un grave error.

Al momento de ser capturado el domingo en la noche, Ramsés Vargas estaba en piyamas, con el pelo desordenado y un grueso escapulario en el cuello.
Por Rafael Sarmiento Coley
José* es uno de los trabajadores más antiguos que sobreviven a las continuas crisis que se producen de manera cíclica en la Universidad Autónoma del Caribe (AUC) y cuenta, con lágrimas en los ojos, que “conocí a ese muchacho cuando era apenas un niño, que su papá el doctor Eduardo Vargas Osorio, lo traía los fines de semana a recorrer los jardines, y luego cuando ya era un estudiante, siempre bien presentadito, cariñoso y muy decente…ahora yo me pregunto ¿en qué momento se torció ese muchacho?”

Con un nombre ficticio Ramsés se hospedó en la habitación 9 de un hotel de tractomuleros, vendedores de baratijas y parejas de amores ocasionales.
La pregunta de José* (nombre que oculta la verdadera identidad de alguien que aún siente miedo por todas las cosas que han pasado en la UAC desde cuando don Mario Ceballos Araújo, rector-fundador de la UAC, le dio trabajo de jardinero), no tiene respuesta. Es el mismo interrogante que se hacen miles de personas que conocen a sus padres de cerca. Que lo vieron ir ascendiendo en la escala social. Unas veces al lado del Cura Hoyos, quien lo consideraba “un muchachito genial”; otras veces por sus compañeros de equipo cuando fue director del Área Metropolitana de Barranquilla (AMB).
El Concejo lo demolió

El administrador de turno recordó que «el hombre se presentó muy demacrado y con la mirada perdida. Daba lástima el estado en que llegó».
En la AMB fue su primera gran derrota en el servicio público. Cometió la torpe novatada de desafiar al Concejo, en esos momentos manejado por un grupo de veteranos de mil guerras como el difunto ‘Cachaco’ Rodríguez, Alejandro Munárriz, Carlos Julio Manzano, Luis Zapata Donado y el difunto Musa Tarud, un quinteto que demolía a cualquier pintado en la pared que se le enfrentara. Como lo hizo Ramsés. Lo masacraron con los peores epítetos y lo obligaron a salir “de este sagrado recinto que usted ha irrespetado colocando las patas encima de un escritorio y llenando el salón del humo de ese tabaco que no se sabe qué tenga por dentro”. Era un tabaco habano gigante.

Ya no era el mismo Ramsés Vargas con bríos y personalidad de ‘ministro recién nombrado’. Era poco menos que una piltrafa humana este lunes cuando el CTI de la Fiscalía lo trajo a Barranquilla.
“Después de eso, le perdí la pista”, dice José* seriamente compungido. “Hasta cuando, ¡epa! Cayó como en paracaídas en la silla de la rectoría”, agrega. En efecto, Ramsés Vargas Lamadrid fue nombrado por el propio Ministerio de Educación Nacional Rector de la AUC el 21 de mayo de 2013 para reemplazar a Silvia Gette Ponce, encarcelada por una defraudación, según dicen, “un poco menor de lo que se embolsilló Ramsés (se habla de una suma cercana a los $100 mil millones).
¿Se tragó el cuento del Faraón?
Algunos de sus antiguos compañeros de actividades políticas (fue muy cercano al Movimiento Ciudadano y al sector de Jairo Clopatosky), aseguran que llegó un momento en que a Ramsés se le subieron los humos a la cabeza.
“Creo que sus padres se lo tiraron al ponerle semejante nombre, el de uno de los faraones egipcios que dejó las huellas más perdurables de ese imperio, hombre trabajador, audaz e inteligente, supo mantener el poder durante 66 años (Ramsés II gobernó Egipto hasta el año 1213 antes de Cristo).
Se lo tomó tan a pecho que quiso amasar fortuna por el camino fácil del desangre a una universidad en donde estudian hijos de empleados de clase media y trabajan catedráticos calificados pero con salarios de hambre por culpa de la corrupción imperante desde cuando murió don Mario Ceballos Araujo.
Sí. Ramsés se creyó el cuento de que él era la reencarnación de Ramsés II y se sintió con tanto poder que se llevó por delante todo lo que de valor encontraba a su paso.
Lo peor fue el grave daño que le causó a una institución por la cual su padre, Eduardo Vargas Osorio, trabajando de tú a tú con Ceballos Araujo, la llevaron a un sitial muy alto en el concierto de las universidades costeñas. Fue la primera que abrió en la región las facultades de sociología y comunicación social, siendo sus primeros decanos el sociólogo Abel Ávila Guzmán y el periodista Camilo Monroy Romero, ambos fallecidos.
Un daño imperdonable
Los estamentos vitales de una universidad son sus estudiantes, padres de familia y el cuerpo de profesores. Como se trata de fundaciones sin ánimo de lucro (aunque se diga que son ‘universidades privadas’), no son propiedad de nadie. Por lo tanto, no hay ‘socios’ que cada mes se embolsillen miles de millones como si se tratara de una finca ganadera. Y lo peor es que, por ser fundaciones sin ánimo de lucro, reciben tratamiento especial del Estado, que tiene la obligación de vigilar sus niveles académico y administrativo. Por lo tanto, es, en buena parte, una grave falla estatal (en especial del Ministerio del ramo), que estas instituciones lleguen a situaciones tan dramáticas y tan ruinosas para una inmensa masa de padres de familia, estudiantes y profesores.
Ahora les corresponde a las autoridades competentes rastrear los dineros saqueados de la UAC. Por lo pronto ya tienen en el calabozo al principal responsable de la administración Ramsés.
Y junto con él compartirán en los estrados judiciales los otros detenidos: el jefe de sistemas y representante legal de la universidad, Efraín Augusto Maldonado Palma; Orlando Saavedra Magri, vinculado al área financiera de la universidad; Mariano Romero Ochoa, miembro de la sala general de la Universidad y muchas veces rector encargado; Jesús David Pantoja Mercado, ex secretario general; Yeseny Morales Magdaniel, ex directora del Departamento de Crédito y Cartera que fue capturada en la ciudad de Bogotá; Cindy Paola Solar Vargas, prima de Ramsés Vargas y empleada del área de Tesorería; Laura del Carmen Laíno García, quien se desempeñó en la oficina jurídica y docente la facultad de derecho; Johana Martina Hildebrandt Royo, fue vicerrectora financiera de la Universidad Autónoma, y Pedro Sierra García, ex vicerrector administrativo.
Comunicado de la UAC
Barranquilla, noviembre 26 de 2018 La comunidad académica de la Universidad Autónoma del Caribe está focalizada en concluir el calendario del segundo semestre de 2018, el cual se desarrolló atendiendo las actividades planificadas.
La rectora de la institución, Doctora Claudia Da Cunha Tcachman, manifiesta que este semestre ha sido de grandes satisfacciones académicas para la Institución: “Nuestros estudiantes y padres de familia nos dieron su voto de confianza para continuar porque están seguros de las potencialidades y fortalezas con que cuenta la Universidad Autónoma del Caribe. En menos de dos meses obtuvimos dos patentes, gracias a la producción científica de nuestros 27 grupos de investigación”.
Para este segundo semestre se matricularon 8.355 estudiantes y se han graduado 1.510 jóvenes. En cuanto la administración de la Institución, como resultado de los institutos de salvamento, enmarcados en la Ley 1740, y la gestión financiera realizada, en los últimos siete meses, priorizó la situación de pagos a sus 1.097 funcionarios, a quienes se ha destinado el 90% de su recaudo.
La Universidad Autónoma del Caribe, como lo informó en su momento, se declaró víctima en los procesos penales correspondientes, adelantados por la Fiscalía General de la Nación, en contra de varios exfuncionarios y funcionarios de la Institución por la presunta comisión de unas conductas punibles al interior de la Universidad.
La Universidad Autónoma del Caribe para efectos de su defensa judicial designó al abogado penalista Rafael Pacheco, de amplia experiencia e idoneidad, como apoderado para representarla dentro de los procesos penales que se adelanta ante dichas instancias.

Katherine Salas, estudiante: «lo importante es que ahora los tres estamentos más importantes de la universidad la apoyemos».

Alejandra Cárdenas: «todos tenemos fe de la fortaleza de la institución. Y la vamos a sacar adelante».

Juan Romero Ramírez: «Lo que han hecho con la universidad es una infamia, pero nos vamos a levantar con más fortaleza».
La Universidad viene desarrollando sus actividades académicas y administrativas en completa normalidad; fortaleciendo de forma paralela sus procesos de gobernabilidad y excelencia académica. Universidad Autónoma del Caribe. Dirección de Comunicaciones y Marketing. Contacto: Álvaro Pión Salas, Teléfono: 3017945630

Andrea Cervantes: «Es el momento en que estudiantes, padres de familia y profesores, nos empoderemos para evitar que se repitan esos desmanes».