¿Quién no se ha divertido con ‘Rinrin Renacuajo’?, ¿o con ‘La gata Candongan?’. Y también quién no ha dejado escapar una que otra lagrima con el bello poema ‘Noche de diciembre’. Ese mes misterioso y esperado que ya se nos vino encima en este 2013.
Pues bien. El autor de todas esas bellezas literarias inmortales es José Rafael de Pombo y Rebolledo, simplemente conocido como el poeta Rafael Pombo. Hijo de padres payaneses – Lino de Pombo y Ana María Rebolledo- tuvo otros cinco hermanos.
Rafael Pombo nació en Bogotá el 7 de noviembre de 1833 (es decir, hoy se cumplen los 180 años de su aniversario, por eso el homenaje de Google). Murió el 5 de mayo de 1912 en Bogotá, a los 79 años de edad.
Como un homenaje póstumo al ilustre colombiano, también www.lachachara.co y www.metrotel.net.co , se suma a este reconocimiento de Google, con la publicación de dos de sus obras cumbres, y con la invitación a nuestros visitantes en el concurso » Premiamos tu Talento» a que envíen sus escritos en los mismos géneros en los cuales sobresalió el consagrado homenajeado (no más de 600 palabras).
Noche de diciembre
Noche como esta, y contemplada a solas/ no la puede sufrir mi corazón:/ da un dolor de hermosura irresistible,/ un miedo profundísimo de Dios./ Ven a partir conmigo lo que siento,/ esto que abrumador desborda de mi;/ ven a nacerme finito lo infinito y a encarnar el angélico festín./¡Mira ese cielo!… es demasiado cielo/ para el ojo de insecto de un mortal,/ refléjame en tus ojos un fragmento/ que yo alcance a medir y a sondear./ Un cielo que responda a mi delirio sin hacerme sentir mi pequeñez:/ un cielo mío que me esté mirando/ y que tan sólo a mi mirando esté./Esas estrellas… ¡Ay, brillan tan lejos!/ Con tus pupilas tráemelas aquí/ donde yo pueda en mi avidez tocarlas y apurar su seráfico elixir./ Hay un silencio en esta inmensa noche/ que no es silencio, es místico disfraz de un concierto inmortal. Por escucharlo,/ mudo como la muerte el orbe está.
Déjame oírlo, enamorada mía/ Al través de tu ardiente corazón:/ sólo el amor transporta a nuestro mundo/ las notas de la música de Dios.
Él es la clave de la ciencia eterna, /la invisible cadena creatriz/ que une al hombre con Dios y con sus obras/ y Adán a Cristo, y el principio al fin./ De aquel hervor de luz está manando/ el rocío del alma. Ebrio de amor/ y de delicia tiembla el firmamento,/ inunda el creador la creación./ ¡Si, el creador! Cuya grandeza misma/ es la que nos impide verlo aquí,/pero que, como atmosfera de gracia/ se hace entretanto por doquier sentir…
Las 7 vidas del gato
Preguntó al gato Mambrú/ el lebrel Perdonavidas:/ Pariente de Micifú,/ ¿Qué secreto tienes tú/ Para vivir siete vidas?/ Y Mambrú le contestó:/ Mi secreto es muy sencillo./ Pues no consiste sino/ en frecuentar como yo/ el aseo y el cepillo.
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