Los hechos se registraron en el oeste de la capital venezolana, antiguo bastión oficialista. Al menos siete de ellas murieron electrocutadas al intentar saquear una panadería. Intensos enfrentamientos se prolongaron hasta la madrugada del viernes.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
Las protestas antigubernamentales en Venezuela se prolongaron este jueves y viernes dejando una estela de muertos, heridos, detenciones, represión y enfrentamientos; con un saldo fatal de 11 muertes, al menos tres de ellas a tiros por la actuación, según algunas versiones, de los grupos armados pro oficialistas conocidos como “colectivos”.
Durante la noche del jueves y la madrugada del viernes, la anarquía se apoderó del oeste de Caracas, que era conocido como un sector eminentemente oficialista. Vecinos de varios barrios y urbanizaciones tomaron la calle respondiendo al llamado de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática, a continuar manifestando para exigir al gobierno de Nicolás Maduro el llamado a elecciones generales, la devolución de competencias a la Asamblea Nacional (Parlamento), la liberación de presos políticos y la apertura de un canal humanitario para medicamentos y alimentos, cuya escasez agobia a toda la población del país. Levantaron barricadas en las calles con llantas incendiadas y otros objetos, hicieron sonar cacerolas (ollas) y gritaban consignas contra el Gobierno.
El epicentro de los hechos se concentró en la parroquia El Valle, donde se habrían producido 10 muertes, ocho de ellas electrocutadas al intentar saquear una panadería que contaba con un cerco energizado de seguridad. Otras dos cayeron abatidas por armas de fuego.
Las autoridades tuvieron que desalojar al filo de la medianoche a medio centenar de recién nacidos de un hospital materno infantil en esa zona caraqueña, debido al peligro por el exceso de gas lacrimógeno que lanzaron efectivos de la Guardia Nacional (policía militarizada), para controlar las protestas.
En la parroquia de La Candelaria vecinos escucharon detonaciones desde las 10:00 pm hasta la madrugada de este viernes. Motorizados, que señalan como colectivos, rondaban las calles de los sectores.
Al este de Caracas, también la noche del jueves, fue asesinado Mervis Guitián Díaz, en el populoso barrio de Petare; medio de manifestaciones contra el presidente Maduro.
Ante la censura reinante en los medios como la televisión y la radio, las redes sociales y los servicios de mensajería de la telefonía celular eran un hervidero de rumores, muchos de ellos falsos, sobre lo que ocurría en Caracas y otras ciudades del país.
Las luces antiaéreas del Palacio de Miraflores (despacho presidencial) se encendieron en la madrugada, lo que, aunado a un despliegue de efectivos del Ejército venezolano, generó expectativas sobre una presunta salida forzada de Maduro.
Horas antes en una transmisión obligatoria de radio y televisión, Nicolás Maduro calificó las protestas como un “show” ante el cual sólo le quedaba reírse. Hizo referencia a un joven que ese mismo día, había protestado desnudo montado en una tanqueta antimotín de la Guardia Nacional y cuya imagen se había hecho viral.
Por su parte el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, culpó al gobierno de ser el detonante de la violencia, al sacar a la calle “a sus grupos armados”, conocidos como ‘colectivos’, y que actúan bajo la anuencia del Ejecutivo.
El diputado de oposición, Freddy Guevara, convocó a los venezolanos a seguir protestando desde cada una de las comunidades, al tiempo que anunció para este sábado una nueva manifestación en Caracas denominada ‘La marcha del silencio’, cuyo destino será la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana, donde entregarán un documento dirigido al Vaticano.