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¡No los maten!

El asesinato de los líderes sociales en Colombia, nos tiene que hacer reflexionar sobre la vergüenza de estos acontecimientos.

Por: Padre Rafael Castillo Torres

Padre Rafael Castillo

El Evangelio de Juan tiene una frase de la cual nacen nuestras preocupaciones: «Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia» (Juan 10, 10). Dios es el Dios de la vida, y Jesucristo vino para dárnosla en plenitud.

Cuando nuestros líderes sociales ponen en marcha el “movimiento por los derechos humanos”, están poniendo en marcha el “movimiento por la vida humana “y lo hacen por la sencilla razón de que, entre nosotros, la vida es recortada, oprimida y aniquilada. Pero junto al escandaloso asesinato de los líderes sociales hay algo grave en el alma de nuestra nación: “su pérdida de amor a la vida”.

A estos líderes sociales asesinados, a quienes han recibido amenazas, a los que las van a recibir, a sus familiares y organizaciones sociales y a los que teniendo responsabilidades prefieren seguir hablando de las partes que conforman la trompa de la mariposa, yo les quiero decir lo siguiente:

Si algo debemos tener claro en la fe es que nuestro Dios es el Dios de los pobres, de los pequeños, de los que lloran y están sufriendo. Dios no es insensible. Dios sufre donde sufre el amor. Dios ama profundamente a los que tienen amor a su pueblo y lideran sus procesos sin miedo. El futuro proyectado y querido por Dios pertenece a quienes como los líderes sociales sufren porque muchas veces no hay un lugar para ellos ni en la sociedad ni en el corazón de muchos “colombianos”.

Si algo quedó en evidencia, es que los múltiples asesinatos de líderes sociales son la creciente apatía de esta sociedad colombiana y su incapacidad para entender el sufrimiento ajeno. Apatía significa “no sufrir”, incapacidad para sufrir. Es la actitud del hombre ciego que no percibe el dolor porque está embotado, y va evitando cualquier relación o contacto. Prefiere levantar muros que lo separen de la experiencia del sufrimiento ajeno. Su único criterio es el “Do not disturb”.

Creo que es importante no reducir este drama a números y datos. Tampoco es bueno quedarnos únicamente con lo que dicen los medios y las redes sociales. Yo pido que hagamos una cruzada para enfrentar esta apatía social. Los cristianos creemos en un Dios amigo, que amando la vida, la ofreció y sufre junto a los abandonados de este mundo.

En esta cruzada vamos a tropezar con fronteras y trincheras que no se dejan traspasar. No sólo la muerte… También el embrutecimiento y falta de sensibilidad. El único medio de traspasar estas fronteras es compartiendo el dolor de cada líder que sufre, no dejarlos solos y hacer más fuerte su grito, grito que no denota algo… sino alguien.

Sobre el autor

Comunicador y Periodista. Editor deportivo de Lachachara.co, tiene experiencia en radio, prensa y televisión. Se ha desempeñado en medios como Diario del Caribe, Satel TV (Telecaribe), RCN, Caracol radio, Emisora Atlántico, Revista Junior. Fue Director deportivo de la Escuela de fútbol Pibe Valderrama y dirigió la estrategia de mercadeo y deportes de Coolechera. Para contactarlo: Email: figueroaturcios@yahoo.es
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