El aguacero con fuerte vientos del sábado 27 de septiembre en Barranquilla, fue lapidario para derribar parte de la parroquia San Rafael Arcángel.
Escrito Por: Francisco Figueroa Turcios
Como la novela de nuestro Nobel, Gabriel García Marquez, fue una muerte anunciada, porque el aguacero del 8 de septiembre fue un campanazo de alerta cuando se desplomó la casa cural y dejó deteriorado el templo, por lo que se advertía que la parroquia estaba vencida por los años.
Hubo apatía de parte de las autoridades civiles y eclesiásticas: un mes después que se desplomó la casa cural, todavía el sacerdote Jorge Luis Rodríguez Osorio está esperando a que llegue el personal de la Oficina de prevención y desastres para ayudar a evacuar los escombros y derribar la parte del templo que quedó averiada y en consecuencia ponía en peligro a los feligreses.
«Sería el mismo San Rafael Arcángel que se encargó de hacer el milagrito de destechar la parroquia, ante la apatía de las autoridades para socorrer al padre Jorge Luis Rodríguez», anota la señora Epifania Silvera, una de las feligreses de la parroquia.
El domingo bien temprano el sacerdote Jorge Luis Rodríguez madrugó a buscar una cuadrilla de trabajadores para que derribaran el resto del techo del templo con recursos propios de la parroquia, ante el apoyo nulo que le brindó el Distrito de Barranquilla.
«El Arzobispo de Barranquilla Jairo Jarramillo habló personalmente con la alcaldesa Elsa Noguera y se comprometió en apoyarnos para esta calamidad, pero a la fecha me quedé esperando la ayuda, por lo que tomé la decisión de actuar ante el eminente peligro en que están los feligreses», anota el sacerdote Jorge Luis Rodríguez.
No voy a recibir limosna
En el rostro del sacerdote Jorge Luis Rodríguez se puede advertir la angustia. Se siente sólo en esta lucha para reconstruir la parroquia San Rafael Arcángel.
Si en la primera fase que es retirar los escombros de la casa cural que se desplomó hace un mes y demoler el resto de la parroquia, para arrancar de cero, no ha contado apoyo ni del Distrito ni de las autoridades eclesiásticas, ¿como será la etapa de la construcción de la parroquia?
«En las charlas que he tenido con el obispo Víctor Tamayo, quien lidera la campaña anual de la catedratón, muy discrétamente le he dicho que no voy a recibir limosna, sino un gran aporte de esa entidad para poder construir la parroquia San Rafael Arcángel. Ya tengo los planos y la maqueta de la nueva parroquia. Tiene un costo de 8OO millones. Está incluida la casa cural, la capilla, salón de la parroquia y el templo».
Para el 20 de este mes, el padre ha programado una maratón espiritual y material para colectar fondos para la recontrucción de la parroquia. Arrancó de menos cero, pero confía en el milagro de San Rafael Arcángel que esta vez sí sea la vencida, ante el fallido templotón del año anterior.
«Voy a visitar a todos los comerciantes de la calle 30 para que se vinculen a esta noble causa, invitándolos a que nos regalen materiales», señaló el sacerdote.
Aquí me quedo
El arzobispo Jairo Jaramillo le sugirió al sacerdote Jorge Luis Rodríguez que alquilara una casa cerca de la parroquia para que viviera allí, pero esa propuesta no le gustó.
Dos factores debe afrontar: la lluvia y la inseguridad que reina en el sector. La parroquia está entre los barrios Montes y Rebolo(calle 30 kra 25 Esquina).
«Aquí me quedo cuidando lo poco que el invierno nos ha dejado. Si a plena luz del día los carretilleros intentan entrar para robar, usted se imagina si dejó la parroquia sola».
Ayer burlaron la vigilancia de la policía y se llevaron láminas de eternit, andamios y otros materiales. Una señora vio y pudo avisar a tiempo para que rescataran lo robado. Por eso les toca hacer guardia de día y de noche.
De acuerdo con el libro de Tobías 7:15 de la Biblia, San Rafael fue enviado por Yahvé para acompañar a Tobit y su hijo en un largo viaje peligroso para conseguirle una esposa piadosa al joven. Ojalá ahora San Rafael sea enviado esta vez para acompañar al sacerdote Jorge Luis Rodríguez Osorio en esta difícil camino de reconstruir la parroquia de su nombre.
