De ser una empresa modelo en Latinoamérica, pasó a ser ‘la reina de la corona’ para unos empresarios españoles sin escrúpulos que entraron como aves de rapiña a descuartizarla.
Por Rafael Sarmiento Coley
La enfermedad de las Empresas Públicas de Barranquilla (EPM), que fue modelo nacional y una de las de mejores resultados en servicios y en términos económicos, llegó a su estado mortecino en los años 1989, 1990, 1991.
«Tuve que ir a hablar con Carlos Castaño para que aclarara mi situación. Que si me iba a matar que lo hiciera él mismo ahí, de frente», dice Hoyos.
Estaba en pleno apogeo en Colombia la era del neoliberalismo. La entrega de servicios esenciales que debía prestar el sector público, al sector privado. Al precio y en las condiciones que pusieran los empresarios que quisieran entrar de socios para sepultar un cadáver insepulto y construir un cuerpo nuevo, vigoroso, rentable y productivo.
Así nace Triple A cuando estaba por finalizar el período sin historia del abogado Miguel Bolívar Acuña. Todo el proceso lo diseñaron funcionarios del Gobierno Nacional y los empresarios locales interesados en meter la mano en la nueva entidad privada.
“El Estado inoperante”
El argumento de los nuevos ‘sabios’ de la política y la económica era que el Estado había crecido demasiado y se volvió inoperante e incapaz de manejar tantas cosas a la vez. Definitivamente el Estado era mal administrador, y además, se había dejado carcomer de la corrupción.
Y citaban como uno de los tantos ejemplos los servicios de agua potable, acueducto y alcantarillado. Había inmensos sectores en donde no llegaba nunca una gota de agua. Los politiqueros que nunca faltan y que siempre están como el golero parados en una estaca esperando ‘que se muera un burro, un caballo o una vaca’, fueron tan miserables que crearon sus “propios acueductos” en varios sectores del sur extendiendo por su cuenta tuberías hasta unas piletas en donde los carrotanques de los propios políticos corruptos cargaban el agua y vendían el líquido por latas en vastos sectores.
Historias escalofriantes
Otro siniestro sistema que empleaba era el de permitir que sus votantes fueran en forma directa a cargar 10 latas de agua por día, por lo general 4 meses antes de las elecciones, con el compromiso de votar por el politiquero ‘dueño’ del estanco acuático. Agua ‘robada’ a las moribundas EPM.
La propia historia de la EPM es de un proceso escalofriante de decrepitud, desidia y abandono de una clase dirigente anestesiada que se creyó el cuento de que los gringos habían dejado un modelo empresarial que vino a ser copiado al pie de la letra por los antioqueños, que ni siquiera hicieron el esfuerzo de ponerle otro nombre a su copia. Así crearon la hoy todopoderosa y multimillonaria Empresas Públicas de Medellín (EPM).
Ante la gravedad de la crisis de los servicios de agua, alcantarillado y aseo en Barranquilla, el propio presidente de la República de la época, César Gaviria Trujillo, se empeñó en buscar la solución más rápida al problema. Así nació, en 1991 la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla (Triple A). El esquema era de vender acciones a mil pesos. Se motivó a la ciudadanía para que se hiciera socio de la nueva empresa adquiriendo acciones a mil pesos. ¡Una ganga envenenada!
De Municipio a Distrito
Las acciones fueron calificadas. Las tipo A para el sector público (el municipio de Barranquilla, que todavía no había adquirido el nivel de Distrito gracias a un próximo proyecto de Acto Legislativo presentado por el desaparecido senador José Name Terán, indiscutible líder del Congreso en ese momento, quien logró de esa forma hacerle una de las primeras modificaciones a la Constitución de 1991 que acababa de salir del horno); las acciones tipo B que estarán en manos del sector privado con músculo financiero para hacer las inversiones que la empresa requería con urgencia. Y las acciones C de los accionistas pobres ilusionados en ser algún día ‘poderosos miembros de la junta directiva de la Triple A’.
En ese momento, 1991, “la nueva empresa de servicios de agua, aseo y alcantarillado tiene como socio mayoritario al municipio de Barranquilla con el 82% del paquete accionario, como debía ser”, recuerda uno de los asesores del entonces alcalde Miguel Bolívar Acuña.
La mano de Carlos Castaño
“Cuando yo llegué a la Alcaldía en mi primera administración en 1992, encontré que ya había fuerzas oscuras que querían modificar el esquema. Yo me las tiré de pendejo, pero no lo permití”.
Según Hoyos, eso le costó amenazas de Carlos Castaño y de Jorge 40, máximos líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia. “Me fui directamente a las montañas a buscar a Fidel y a su hermano Carlos Castaño. Me hallé con este último y le dije: “Si vos me vas a matar, mátame aquí de frente. Pero yo no vendo mis principios”.
Hablamos largamente y le expliqué la situación. Carlos, que era un hombre muy estudioso, me dijo “Bernardo, usted tiene la razón. Váyase tranquilo que no pasa nada.”
“Debo decirlo con firmeza que, cuando dejé la Alcaldía en 1994 el ya Distrito de Barranquilla era dueño del 89% de la torta accionaria de la Triple A. Los socios privados tenían apenas el 11% (5.481 acciones).
Hoyos recuerda que en 1995 entrego la Alcaldía a un sujeto salido de las entrañas del Movimiento Ciudadano, “quien juraba y perjuraba que nunca traicionaría los postulados de nuestro movimiento. ¿Qué sucedió? Que ya por debajo de la mesa estaba teniendo acercamientos con el empresario Enrique Gerlein Echeverría (Ya fallecido) y con otros magnates barranquilleros y hasta con numerosos mercachifles oportunistas que han a la caza de grandes fortunas en negocios sucios. No digo nombre, porque aquí todo el mundo conoce a todo el mundo”.
¿Qué ocurrió? Que el reemplazo de Hoyos en 1994, su pupilo y cuasi monaguillo el neurocirujano salaminero de sangre árabe, Edgard George González, hizo todo lo contrario de la línea que mantuvo, hasta ese momento, el Movimiento Ciudadano y el ya Distrito de Barranquilla pasó ser dueño de apenas el 35.1% de la torta accionaria. El sector privado pasó a ser dueño del 64.9%.
Este último porcentaje se divide así. El 60.4% es del Socio Calificado (Inassa), y el 4.5 de inversionistas privados. Cuando Bernardo Hoyos retorna a la Alcaldía para el período 1998-2000 (entonces los alcaldes eran elegidos por dos años, no como ahora, que son elegidos por 4 años), encuentra que ya el desastre estaba hecho.
“Mucha gente se hizo rica”
“La verdad es que la Triple A pasaba por momentos muy difíciles y a nosotros nos llaman casi a apagar un incendio. Recuerdo que Corfivalle estructuraba el proceso”, recuerdo uno de los funcionarios de Inassa, testigo de primer orden de todo el proceso” Inassa entra en el proceso de preclasificación, y los dos funcionarios encargados de conducir el proceso, Antonio Celia Martínez Aparicio y Alejandro Arteta Abello estudian la oferta económica de Inassa para una asistencia técnica y financiera,
“Hubo mucha plata de por medio. Hubo funcionario que andaban en bus, y los encontré con camionetas Ford Explorer con vidrios polarizados. Realmente las coimas entraron a raudales a los bolsillos inescrupulosos de mandos altos y medios. Todo el mundo comió del sucio negocio de permitir que el inversionista privado desplazase a Barranquilla como socia mayoritaria de la Tripla A. Y eso fue a un costo altísimo, Toda una millonada repartida entre ratas hambrientas”, dice uno de los entonces asistentes del alcalde Hoyos.
En todo caso la negociación se dio el 18 de octubre de 1996 con “un acuerdo de asistencia, que es un giro ordinario de negocios. En ese momento Triple A pasaba calamidades por la baja recuperación de cartera y los altos costos de funcionamiento de una empresa de este tipo. La encontramos con una cobertura del 78% y ya para el año 2002 estábamos en el 99% en cobertura de servicio de agua potable en toda la ciudad, lo que nos deparó tres premios, uno de Incontec Nacional, otro de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. Y otro de una entidad nacional del Medio Ambiente”, recuerda un directivo pensionado de la Triple A.
Este mismo pensionado, quien habló con la condición de que no pensionaran su nombre, señala que lo que él no se explica es por qué unos señores tan astutos y conocedores de estos negocios entregan al pulpo multimillonario William Vélez, la subcontratación del servicio de aseo. Vélez es el recolector de basuras más poderoso de Colombia y Latinoamérica.
Es un momento aciago para Hoyos, porque lo acusan de peculado por la compra de los terrenos del Vesubio por un precio 50 veces superior al avaluó catastral. Es encarcelado y procesado. Perdió sus libertades civiles. La Iglesia Católica estaba furiosa con él. “Al final todo quedó en una payasada. No tuve nada que ver con los presuntos sobrecostos de esos terrenos, y quienes estafaron al distrito, un señor Cure y su mujer, nunca estuvieron presos, están felices de la vida con una gran fortuna en mano y, lo peor, siguen siendo los legítimos dueños de unos terrenos en donde pensábamos construir 45 mil casas para los pobres destechados.
En el 2001 entra el neurocirujano Humberto Caiaffa Rivas. Venía con la orden determinante del entonces presidente de la República Álvaro Uribe Vélez de poner en marcha el servicio masivo de transporte público. Nació Transmetro contra viento y marea. Caiaffa tuvo poco tiempo para meter las narices en la Triple A, pues se metió de cabeza en el tema de los buses articulados, los busetones, las rutas por donde debían transitar.
El famoso Guillo
Guillermo Hoenigsberg, cuando ganó la Alcaldía en el 2004. Entonces era el discípulo amado de Bernardo Hoyos.
En el 2004 llegó Guillermo Hoenigsberg, del Movimiento Ciudadano, aparentemente pupilo fiel del Padre Bernardo Hoyos. No sucedió así. Hoenigsberg voló por su cuenta y riesgo, vendió más acciones de Triple A. Se metió en el tremendo lío de la remodelación, adecuación y modernización del viejo edificio del Banco de la República en el Paseo Bolívar, que Hoyos había comprado a un precio razonable antes de dejar la administración, para trasladar hasta allí el 90 por ciento de las dependencias de la Alcaldía.
Lo grave del caso es que, con la complicidad de un arquitecto amigo personal del Padre Hoyos y la asesoría de otros malosos, el economista Hoenigsberg, amo y señor de la alcaldía de Barranquilla, llevó a cabo unas reformas a dicho inmueble por tres veces el valor justo. Por ese caso estuvo encarcelado, luego recibió casa por cárcel, y pudo estrenar así el palacete que recientemente había adquirido en el selectivo sector de Lagos del Caujaral, en donde la mansión más barata está por el orden de los dos mil millones de pesos.
Fue por esos tiempos que pierde fuerza en el tinglado de la Triple A, Aguas de Barcelona, y entra pisando firme Canal Isabel II, una empresa estatal española domina entones por el Partido Popular. En años anteriores, la Triple A fue manejada por Edmundo Rodríguez (2006), luego en la era de Canal Isabel II desfilan por la presidencia de la empresa Alberto Ruiz Gallardo, Ignacio González y Cristina Cifuentes.
Mientras que por la Sociedad Interamericana de Aguas y Servicios estuvo desde el comienzo Julio Gómez Piquera.
Ramón Navarro, uno de los gerentes de mayor presencia en la Triple A, hoy se encuentra tras las rejas por el caso denominado ‘Lezo’.
Hasta llegar a la gerencia Ramón Navarro, quien junto con numerosos funcionarios de Canal Isabel II figuraron en los llamados ‘Papeles de Panamá’ con extraños movimientos de fuertes sumas de dinero en cuentas de paraísos fiscales, y por el movimiento de numerosas bolsas atestadas de dólares y euros de alta denominación, entrando con tal fortuna, como si llevaran la compra del mercado a un edificio en Cartagena.
Distrito quiere recuperar
Por todos esos antecedentes la Procuraduría General de la Nación conminó al Distrito de Barranquilla a ejecutar medidas para retomar el control.
El abogado Jorge Padilla Sunhein, secretario jurídico del Distrito, confirmó, que, en efecto, desde la semana pasada están realizando mesas de trabajo con especialistas en temas de sociedad.
“El alcalde Alejandro Char ya venía con esa idea, que cobra fuerza ahora al conocerse el documento en el que la Procuraduría General de la Nación exige ejecutar medidas necesarias para garantizar a los usuarios la recuperación del control accionario de la empresa Triple A. El Distrito informó que está evaluando sus posibilidades de acción frente al tema.
Padilla agregó que desde hace una semana se encuentran realizando mesas de trabajo con especialistas en sociedades para revisar el tema de la ejecución del contrato de asesoría técnica entre la empresa Triple A y su hoy accionista mayoritaria, la firma española Inassa. “Estamos revisando también las posibilidades que como socios prioritarios tenemos dentro de lo que la Procuraduría en principio señala como violación de los derechos colectivos que pudiéramos estar enfrentando los barranquilleros frente al tema Triple A”.
El versado abogado precisó que una de las grandes líneas de investigación es el contrato de asesoría técnica, que pudiera producir “la afectación o el detrimento patrimonial del 14,5%, que es la actual participación accionaria del Distrito.
La secretaria de Hacienda Distrital, Emelith Barraza, reafirmó la doble condición del Distrito “como accionista de la Triple y también es un usuario. Sin duda la empresa se ha destacado por prestar un buen servicio y por eso se están estudiando todas las posibilidades para que la ciudad continúe gozando de uno de los mejores servicios del país”.
“No es suficiente”
En el documento enviado por la Procuraduría, el ente manifestó que “no basta” con que la empresa Triple A sea considerada una firma con “aparentes” altos niveles de calidad, si ello no obedece a una conducta “transparente y responsable” con la sociedad barranquillera a la que sirve. “Máxime si se tiene en cuenta que, so pretexto de la necesidad de contratar una pretendida asistencia técnica con la sociedad Inassa S.A., que nunca se ha prestado como corresponde”, afirmó el ente de control.
Presidente del Concejo entra en acción
La situación se ha vuelto tan candente, que ya llegó a la sala dde debates del Concejo Disrital. Su presidente, Óscar David Galán, sostuvo que el Distrito “debe hacer todos los esfuerzos que estén a su alcance” para recuperar la porción accionaria que tenía de la empresa Triple A.
Según Galán, la empresa de agua, aseo y alcantarillado genera muchas utilidades y podría ser una fuente de financiación para el Distrito de Barranquilla. “Desafortunadamente estamos perdiendo todas las empresas públicas y no contamos con una empresa que nos ayude a tener fuentes de financiación para generar proyectos de gran desarrollo para la ciudad”, manifestó el cabildante.
Galán lamento la parsimonia con la cual se actuó frente a este caso. “De todas formas el Distrito nunca debió perder el capital accionario. Hay una regulación del orden nacional que fue la que de alguna u otra manera generó todo este proceso de pérdida accionaria”.
El presidente del Concejo afirmó que hay que estudiar el precio de las acciones para evaluar “si vale la pena que el Distrito se pueda meter de lleno en el tema” y pueda comprar las acciones.