Llegó el Carnaval con la Batalla de Flores, el día más esperado por los barranquilleros para disfrutar de una tarde llena de alegría y color.
Por Chachareros – Colaboración de Rafael Sarmiento Coley, Gerson Bruges y Cristian Ibáñez
La Batalla inició a la una tarde, el sol estaba en su pleno apogeo, el llamado Cumbiódromo de la vía 40 se encendía, la gente corría afanada buscando un lugar dónde hallarse para disfrutar del desfile, entre palcos, mini palcos y sillas las cuales solo garantizaban un bronceado espectacular.
A pesar de que el Carnaval está tildado de ser un evento hecho para la alta sociedad de Barranquilla que tengan la posibilidad de pagar los altos precios de los palcos que devengan un aproximado de 200 a 300 mil pesos por persona, el pueblo lucha para que la Batalla siga siendo del pueblo como lo era antes, que vivan su fiesta desde el bordillo, esto no fue impedimento ya que el sol los calentaba y los animaba para buscar la sombra y el pavimento, durante los populares baches que nunca faltan en este tipo de desfiles la gente aprovechó para cruzar y ubicarse del lado de los palcos con sus familias y aprovechar para tomarse fotos con los famosos que adornaban el desfile.
La campaña no funcionó
Una de las fallas que ha tenido el Carnaval de Barranquilla en sus desfiles son los baches, que son esos espacios angustiantes entre comparsas que llevan a que el desfile sea aburrido, todo producto de las irreverencias del azar que atenta contra la organización. Por lo menos en la Arenosa nunca falta.
Este año se lanzó la campaña “Cero Baches”. Tenía como objetivo que durante el desfile las carrozas, los trailers y las comparsas no se separaran y dejaran grandes espacios en la vía, lastimosamente esto fue contradictorio para este Carnaval 2014. Fue el año donde más baches hubo entre cinco y seis espacios prolongados por un tiempo de 10 a 15 minutos provocando así desordenes en la vía.
Todo esto confirma la vieja máxima -de autor desconocido- de que el Carnaval es un tremendo desorden bien organizado. ¿Quién es capaz de hallar la cuadratura del círculo? Es imposible en medio de semejante río humano tratar de establecer una disciplina de relojito suizo para que cada tres minutos y tres segundos salga una carroza, una comparsa, un disfraz, una cumbiamba, un trailer con Carlos vives. ¡Imposible!
Los borrachos fueron el entretenimiento durante los baches
Es normal que durante los carnavales se consuma alcohol ya que es una fiesta, que lastimosamente muchos tienen que estar acompañados de una botella de licor en sus manos para poder sentirse felices, varios se pasaron de copas en pleno desfile, varias personas ebrias se tambaleaban tratando de caminar y cruzar la vía para poder salir, esto era un show para los asistentes que entre risas y burlas disfrutaban de la tarde mientras que las compasar y carrozas se dignaban a pasar.
Al final se nota que nos falta cultura ciudadana
Durante todo el año se realizan campañas respecto al manejo de los residuos sólidos, para cambiar ese concepto de que los barranquilleros somos sucios y no tenemos sentido de pertenecía con nuestra ciudad, campañas como “Vive Barranquilla Limpia”, “Limpia a Barranquilla en una hora” son realizadas en el año para enseñar a grandes y chicos sobre el cuidado del medio ambiente y cómo debemos manejar las basuras, pero la prueba madre de nuestro aprendizaje se ve reflejada al final de cada desfile de Carnaval.
De nada sirve que las llamadas ‘escobitas’ den apertura a cada desfile. No tiene sentido, sabiendo que les espera un gran trabajo “Primero disfruto y después trabajo”, es triste que todavía los barranquilleros no se concienticen de su conducta durante las fiestas, preocuparía si llegara el día en que aprobaran que el Carnaval fuera trasladado a la Avenida del río. ¡Asusta solo pensarlo!
Mejor sigamos dándole la espalda al río porque si le damos el frente con las carnestolendas corremos el riesgo de perder la vena fluvial más importante de Colombia. Bueno, es una exageración que se nos antoja. Porque si se invierten los suficientes recursos económicos y humanos para crear la cultura de cuidar al río, mimar al Río Grande de la Magdalena, nada tendríamos que envidiarle a otras ciudades cercanas, como Buenos Aires y Guayaquil, que han hecho de sus arterias fluviales el principal destino turístico de la ciudad. ¿Que eso cuesta plata y tiempo? Sí. Pero al final los resultados son altamente rentables. Que lo diga Alex Char, quien cuando apenas empezaba a soñar con ser alcalde y estaba en las encuestas apenas con el 2% de favorabilidad, aceptó las espontáneas sugerencias de algunos amigos que, de buena fe, se le acercaron y le recomendaron darle el frente al Río. Aplicar un poco de las experiencias de Guayaquil y Buenos Aires. Manejar los proyectos con entusiasmo, poniendo al frente de cada cual un líder capaz de sumar, tal como lo sugiere el principal asesor de Bill Clinton durante sus dos administraciones en EU. Alex lo hizo. Pero al revés.
Al frente de los proyectos más importante puso al Chacho Bula, que pasaba pavoneándose de discoteca en discoteca, a Rafa Pineda en diseño editorial y propaganda con tecnología de punta, y al negrito tapetusa como director plenipotenciario de las comunicaciones. Todo lo demás es polvo y paja. Ruido y propaganda. Salsa y champeta para olvidar el miedo de tantas embarradas.