Según Gossaín, en el actual proceso de diálogos entre el Gobierno y las Farc, no se ha permitido la filtración de los temas en discusión y eso es bueno.
Juan Gossaín, invitado por la Asociación de comunicadores sociales y periodistas de Sincelejo (ACPS), lideró un conversatorio, conducido por la presidenta de la asociación, Luz Helena Turcios, y por Adriana Hurtado, presidenta de la Federación colombiana de periodistas, Fecolper.
El conversatorio se hizo durante la conmemoración del Día Del Periodista al referirse a la paz y al papel de los periodistas en el logro de esta.
Gossaín analizó el marco de conversaciones en Cuba, entre la guerrilla de las Farc y representantes del Gobierno Nacional, desde la perspectiva periodística. «El primer aporte de la prensa en este proceso es la discreción y el cuidado», señaló.
Para el ex director de noticias de RCN radio, el primer aporte de la prensa en un país alterado como Colombia es este. Ninguna noticia, por mucho que se busque, es más importante que una vida humana, dijo.
“La noticia más importante para los colombianos, el tema más preocupante para los colombianos y la ilusión más intensa de los colombianos es la posibilidad de una paz seria, estable, permanente”, aclaró. Por esta razón, para uno de los periodistas más curtidos del país, este proceso de paz ha sido bien manejado desde el punto de vista periodístico.
Para él no es prudente que se sepa todo cuanto allí se trata. A propósito, hizo una reflexión sobre los diálogos de paz en San Vicente del Caguán, durante el Gobierno de Andrés Pastrana. «Por el contrario – recordó – esta ha sido la peor experiencia en cubrimientos periodísticos en el país». Para él lo del Caguán no fue una negociación de paz, fue un espectáculo público.
«Si no fuéramos crueles, yo diría que fue un espectáculo de circo. Aquello se fue llenando de embajadores, de delegados, de amigos que venían de todas partes. De pronto, de cantantes. Apareció Marbelle a cantar en la plaza y Jorge Barón hizo desde allá su programa”, explicó.
Para Gossaín eso no era serio, no iba para ninguna parte. No había límites en el tiempo ni objetivos a lograr y ese es el camino para que aquello se vuelva infinito como se estaba volviendo ese proceso.
Por esto, desde el auditorio Fortunato Chadid, de la Gobernación de Sucre, donde fue invitado por la Asociación de Comunicadores Sociales-Periodistas de Sucre, Gossaín elogió el manejo responsable que los periodistas le han dado a las actuales negociaciones en La Habana.
Ética y periodismo
Destacó la importancia de la ética del periodista en su ejercicio diario. Para él la responsabilidad es el nuevo nombre de la ética del reportero. En los actuales momentos la ética no es un problema individual de quien ejerce el periodismo, sino colectivo, porque ahora la ética refleja en la sociedad.
De una feria de gallos en Sincelejo nació Gossaín, el periodista. Sin saber que 35 años después, por aquello de las casualidades, el 4 de agosto sería instituido como el Día del Periodista. Ese día, en 1969, Juan Gossaín Abdala partió para Bogotá para iniciar una de las carreras periodísticas más brillantes de Colombia.
Hoy 44 años después, ya retirado de su pasión, durante una conferencia en la conmemoración del Día del Periodista, Juan Gossaín recuerda que en estas tierras se gestó su vida en el periodismo. Para aquella época, desde su natal San Bernardo del Viento, en las costas de Córdoba, había enviado las denominadas cartas, que fueron publicadas en el diario más importante del país: El Espectador.
Gossaín confiesa que cree que las incipientes crónicas de entonces fueron publicadas por Guillermo Cano, solo por el hermoso nombre del pueblo de donde se originaban (San Bernardo del Viento). Gossaín, quien fue el director de RCN Radio durante 25 años y uno de los más destacados cronistas del país, recuerda que fue el sincelejano Nicolás Chadid el culpable de que terminara entregando su vida al periodismo.
En la tranquilidad de su retiro, sentado frente centenares de periodistas, en el auditorio Fortunato Chadid de la Gobernación de Sucre, Gossaín recuerda que a los 20 años era contabilista de un molino de arroz en su natal San Bernardo del Viento. Entonces ya había mandado varias cartas al Espectador.
A sus recuerdos llegó el día en que recibió un telegrama de Guillermo Cano que le pedía que viajara a Sincelejo a cubrir un importante evento. La feria gallística donde se enfrentaban la Mecedora con la Amistad. Según Cano, el entonces agente del diario El Espectador en Sincelejo Nicolás Chadid, se empeñó en que fuera Juan quien hiciera la crónica. Nicolás era tío de Fortunato Chadid, un músico insigne de las sabanas sucreñas, de quien lleva hoy el nombre el auditorio donde Gossaín hace su conferencia.
El neófito periodista escribió la crónica que tituló “Parecen palomas, pero pelean a muerte”. Cuatro décadas después, con una modestia exagerada Gossaín dice que fue publicada únicamente porque a Cano le gustó el titulo. Poco después de ese viaje a Sincelejo, recuerda Gossaín, en medio de una nube de polvo, en un Jeep descarpado, llegó a su casa Nicolás Chadid y le dijo: Tengo una carta de Guillermo Cano, director del Espectador, que se supone tú no deberías leer, pero estoy tan complacido (…)
En la carta Cano encomendaba a Chadid la misión de indagar y convencer a Gossaín de irse a trabajar a Bogotá. A la propuesta el joven contabilista fue contundente y dijo “no voy para ninguna parte”.
Nicolás Chadid, sacó de su bolsillo un pasaje de avión de la ruta Cartagena-Bogotá a nombre de Juan Antonio Gossaín Abdala, como para terminar de convencerlo. Sin embargo, el joven se mantuvo en su posición, pero un año después se decidió a viajar. Ese 4 de agosto de 1969, en Cartagena, el padre de quien hoy es uno de sus mejores amigos, le regaló un vestido para el frío de Bogotá y tomó el avión de Avianca, que lo embarcó en una aventura que no termina, pero que vivió con intensidad en diarios, revistas, radios y hasta televisión durante 44 años.
Mediante la Ley 918 de 2004 el Congreso de la República declaró el 4 de agosto como el día del periodista y comunicador. La fecha se tomó en conmemoración de la primera publicación de la Declaración de los Derechos del Hombre, realizada el 4 de agosto de 1794 por Antonio Nariño, Precursor de la Independencia.