Esta noticia alertó a los países del Alba quienes alegaron que en esas negociaciones se podría producir un intercambio de información clasificada entre la Alianza y Colombia.
Países como Venezuela o Bolivia ya manifestaron su desacuerdo y Nicolás Maduro acusó a Santos de dar un giro negativo en su relación con Latinoamérica. Dicho mandatario relacionó tal propósito con la visita que la pasada semana el Presidente recibió de manera oficial por parte del líder de la oposición Venezolana, Henrique Capriles, y pidió al Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se reúnan para tratar el tema.
[caption id="attachment_1314" align="alignleft" width="232"] Del caricaturista Omar Figueroa Turcios[/caption]Por otro lado, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, aclaró, parafraseando lo emitido desde Bruselas, que Colombia no puede ser miembro de la OTAN ya que no cumple los criterios geográficos y no pertenece a los Estados del área Norte, pero aclaró: “lo que nos interesa es ingresar como un país asociado”.
En su intervención aseguraba que los acuerdos se traducirían en el aprendizaje que busca el país en derechos humanos, justicia militar y educación de las tropas dentro del marco del posconflicto. Así, subrayaba que no supondrá la llegada de tropas extranjeras a la región, ni el acceso a bases militares, sino fijar una seguridad total.
El secretario general de Unasur, Alí Rodríguez, intentó calmar los humos que dicho comunicado ha incentivado en América Latina alegando que “si no hay confirmación de ningún miembro de incorporarse a la OTAN, no hay de qué preocuparse. La preocupación es que Unasur es una organización para la paz, lo contrario que la OTAN, que representa la guerra”.
Una mirada atrás
Ya en el 2006, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, Colombia mostró su interés de pertenecer a la Alianza para mejorar la defensa del continente y posicionarse en una carrera armamentística con Venezuela.
Ese mismo año se recordaba que en 1997 Argentina se convirtió en Aliado Extra de la OTAN, durante el periodo de gobierno de Carlos Menem, en una decisión unilateral con Estados Unidos que ofrecía al país armas, entrenamiento e investigación.
La OTAN fue creada en 1948 como una organización internacional de carácter militar que nació con el Tratado de Bruselas en medio de la Segunda Guerra Mundial y cuyo fin era garantizar la seguridad de los Estados de la Europa Occidental. Actualmente se reconoce como una de las organizaciones más decisivas e influyente a la hora de promover un conflicto armado y ha acuñado múltiples críticas, lanzadas inclusive desde la UNESCO, por la violación de acuerdos entre las Naciones Unidas.
La última palabra
Los países proclives a la revolución bolivariana ven una amenaza la entrada de dicha organización al territorio, ya que engrandece el control que los países del Norte ejercen sobre los del hemisferio Sur y acelera la dosis de imperialismo norteamericano que desde hace años está calando en los países del mundo occidental.
Por otro lado, no todas las declaraciones han sido negativas. La subsecretaria de Estado adjunta de EE.UU para América Latina, Roberta Jacobson, ha apoyado dicha decisión y ha manifestado que “la OTAN es la que tendrá la última palabra”.
Y mientras tanto, el pueblo colombiano tendrá que esperar en la retaguardia a que se dicten las decisiones gubernamentales y seguir ocupando democráticamente su derecho a voto; aunque eso implique renunciar a tener voz.
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