ActualidadNacionalesOpinión

Chachareros opinan sobre destitución de Gustavo Petro

Escrito por Andrés GiraldoChacharero

Como un buen bogotano lejos de su tierra, analizo las diferentes versiones del mini golpe de estado de la Procuraduría a Petro.

Me recuerda cuando Hitler era un neófito en el poder del partido Nazi, ni siquiera era Canciller, pero su poder se sentía en los pasillos del parlamento alemán.

Se ha censurado a la izquierda del país alegando una falta de lealtad. Puede ser cierta pues Petro sí improvisó, pero no recuerdo ver sanción tan dura en ningún fallo de la Procuraduría. No veo la deslealtad de Petro, pero si errores cometidos por falta de experiencia, nunca por falta de voluntad.

¿Dónde estaba el señor Ordóñez cuando la salud en Colombia, manejada por los políticos, se vino abajo? o cuando el país se inundó y nadie respondió, o cuando miles de jóvenes pobres murieron en el monte llenos de balas oficiales.

Lo curioso es el gesto férreo de Ordóñez cuando no ha sido capaz de manejar temas tan sensibles como el aborto, el matrimonio gay, y en cambio se mostró decidido por el tema de las basuras.

Repito: no creo que Petro sea un ejemplo de gobernabilidad. Pero creo que Ordóñez está dando muestras al igual que Fouche, el ‘genio tenebroso’ de la revolución francesa quien se encargó de depurar al gobierno francés y fue tan eficaz en su labor que el mismo Robespierre terminó en la guillotina víctima de la “Eminencia gris” y sus intrigas.

El procurador es el dueño del Ministerio público, pero un hombre poco cercano al ser humano no puede serlo, es como poner al Diablo de Papa. Ordóñez ha dado muestras de una derecha recalcitrante y sería lo que mi amado abuelo llamaba «godo».

Pero este es el Godo de godos. Le ha tirado la puerta en la cara a los miles de colombianos cuando sanciona actos insignificantes y pelea solo por el derecho de los colombianos «de bien».

Pregunto: ¿quedan colombianos «de bien»? En el país de la educación mediocre y la cultura del engaño, ¿cuántos somos honestos de verdad? Yo no, de eso sí estoy seguro. Si lo fuera estaría muerto bajo una fosa común, o quizá en la cárcel pagando acusado de delitos que no cometí o de pronto exiliado como varios de mis amigos por decirle al mundo que Colombia está enfermo, y que ahora a la izquierda no la matan, sino que la inhabilitan para que sus líderes no lleguen a las urnas.

Como decía Enrique Pinti, el politólogo humorista argentino, en América Latina tenemos dos cerebros: uno lleno de materia gris, que es del que se levanta a trabajar, del médico que sin droga cura a los enfermos en los pueblos perdidos, del alcalde que sin partido político logra cambiar a las ciudades, de los políticos a los que matan por decir la verdad; el resto del cerebro está lleno de materia fecal.

Algo cruel, Pinti, pero acertado para decirle a la gente que Colombia aún no tiene una estructura ni un pensamiento lógico propio. Solo repetimos discursos pero nunca los llevamos a la praxis, solo somos un montón de desubicados malos estudiantes que no sabemos elegir a quienes nos gobiernan. Mucho menos a quienes nos vigilan.

Al final el twitter se llenará de mensajes y Petro será tendencia.

]]>

Related posts
EditorialLocalesNacionalesReflexión

Rodeados de narcisistas: Cómo detectar, esquivar y protegerte de las personas tóxicas  (sin morir en el intento)  

EntretenimientoLocalesNacionales

Tukutoon presenta "Carnaval de mil colores"

Arte y CulturaLocalesOpiniónReflexión

Don Alfredo, perdone usted a los muérganos

ActualidadAnálisisArte y Cultura

Gracias, Don Alfredo….!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *