Asediado por las protestas y la inminencia de un revocatorio, el Gobernante habría mandado a arrestar a dos importantes líderes militares que critican su gestión y apuestan por su destitución.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
La mañana de este sábado 11 de junio unos 300 habitantes del populoso barrio de Catia, al oeste de Caracas y un antiguo bastión chavista, salieron a manifestar contra Nicolás Maduro por la falta de alimentos. Alineados frente a una sucursal de la cadena de supermercados Central Madeirense, reclamaron mayor distribución de comida a estos comercios, que lucen cada vez más, peligrosamente desabastecidos.
La escena se repitió a lo largo de una convulsionada semana en todo el país. El canal internacional de noticias NTN24, cuyas transmisiones fueron suspendidas hace dos años por el Gobierno de Venezuela, contabilizó que solo en mayo se registraron a diario 21 protestas, 146 saqueos y 108 intentos de saqueos. Y en junio la situación parece empeorar.
Aunadas a las manifestaciones por comida, han seguido las de los opositores exigiendo la validación de las firmas para activar el referéndum revocatorio contra Maduro. Apenas el viernes 10 de junio, y con al menos cinco días de retraso, el Consejo Nacional Electoral, acusado de ser aliado del Gobierno, anunció que el proceso de verificación de más de 1.3 millones de firmas se harán a finales de este mismo mes.
La agitación en la calle ha recibido una dura represión gubernamental. Con la actuación de los organismos de seguridad como la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana ‘ayudados’ por los grupos de choque oficialistas, -los colectivos- quienes han agredido verbal y físicamente a los manifestantes y periodistas incluso utilizando armas de fuego y objetos contundentes delante de los funcionarios policiales sin que estos hagan algo para evitarlo.
Es esta represión la que aparentemente ha generado fricciones entre distintas alas militares que han entrado en conflicto. Altos jefes militares del chavismo como el general Clíver Alcalá y el ex gobernador de Mérida, el también general Florencio Porras, han acusado a Maduro de traicionar el legado ¿? del difunto Chávez.
Esta semana el influyente diario norteamericano The Miami Herald, que ha seguido de cerca la crisis venezolana, ha publicado que Maduro habría ordenado arrestar a estos dos oficiales, hoy defenestrados de cualquier puesto de mando.
La orden habría encontrado resistencia dentro del propio estamento militar, a cargo del ministro de Defensa Vladimir Padrino López, quien ya no contaría con la confianza de Maduro, por lo que su mando estaría siendo desplazado por su segundo en jerarquía, el comandante general de la GNB, Néstor Reverol, percibido como un miembro del ala más radical del oficialismo y quien enfrenta una acusación formal por parte del Gobierno de EE.UU. por presunto narcotráfico, según se lee en El Nuevo Herald.
Pero más allá de las controversias en las altas esferas del poder político en Venezuela, lo que se ha percibido es más violencia contra manifestantes, que ya no distingue si son ciudadanos comunes, periodistas o parlamentarios opositores. El Gobierno aprieta el torniquete cada vez con más fuerza a una creciente animosidad. Por esta razón, el dirigente opositor Henrique Capriles, quien fue agredido hace dos semanas con gas pimienta por parte de la Guardia Nacional, dijo que Venezuela es una bomba de tiempo a punto de estallar.