La medida muestra la desesperación del gobierno, al no lograr evitar el derrumbe del signo monetario de este país, en medio de la peor crisis económica de su historia.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
El gobierno de Venezuela anunció este jueves la suspensión temporal de la venta de dólares a través del Sistema De Divisas de Tipo De Cambio Complementario Flotante De Mercado -Dicom- que había comenzado a regir con cambios a mediados de este año, en medio de una escalada histórica de la divisa norteamericana, que no ha dejado de subir en las últimas jornadas.
La medida se ejecuta pocos días después de que el presidente Nicolás Maduro anunciara en transmisión obligatoria de radio y televisión que su administración comenzaría a vender una “cesta de divisas” extranjeras en sustitución del dólar. Esta cesta incluiría la rupia, el yuan, el euro y los yenes para “liberarnos del dólar”, dijo el Mandatario durante su discurso televisado.
El Dicom significaba la única vía que tenían las empresas para acceder a dólares oficiales para adquirir su materia prima y pagar insumos y servicios en el exterior.
Aunque el Gobierno ha atribuido a las sanciones norteamericana las nuevas medidas cambiarias que han suspendido la comercialización de dólares oficiales, analistas consideran que la sequía de divisas que enfrenta la gestión de Maduro lo ha orillado a tomar esta medida extrema.
La reacción del mercado informal de dólares no se hizo esperar y este jueves 14 de septiembre en horas de la tarde, ya se cotizaba por encima de los 23 mil 200 bolívares por unidad, frente a los 19.870 de hace una semana y a los 1.025 bolívares que costaba un dólar norteamericano hace un año en la nación sudamericana.
La escalada del dólar también ha debilitado el bolívar frente al peso colombiano. Este jueves, se requerían entre seis y siete bolívares para adquirir un peso colombiano.
“La gente está buscando dólares al precio que sea y muy pocos quieren vender”, relata Juan Carlos Medina, un comerciante asentado en la fronteriza ciudad de Maracaibo, la segunda más grande del país. Medina hizo referencia a los innumerables mensajes en redes sociales, especialmente Facebook y grupos de Whatsapp de gente interesada en comprar los billetes verdes, aunque sea en pequeñas cantidades.
En las calles de esta ciudad venezolana, producto de la devaluación, los ciudadanos experimentaban una nueva oleada de alzas en los precios de los productos básicos, como alimentos y artículos de uso diario; como bienes para el aseo personal y detergentes.
Aunque el gobierno subió el salario mínimo (por quinta vez en lo corrido de 2017) en un 40%, para Medina este nuevo incremento en los ingresos quedará pulverizado en pocas semanas, debido a una hiperinflación que el gobierno no puede controlar.
Y la tormenta económica para los venezolanos se agrava por la falta en dinero en efectivo que ha obligado a los bancos a restringir severamente la dispensa de billetes tanto por taquillas como por cajeros automáticos.
Yasmira Meleán Marín, una profesora universitaria jubilada, tiene que recorrer varios bancos para reunir al menos unos 50 mil bolívares (unos 2,5 dólares en el mercado paralelo) para adquirir alimentos como verduras y legumbres para su despensa. “Muchas veces, luego de esperar por horas en el banco, salgo sin nada porque anuncian en la agencia que no tienen efectivo para pagar cheques o aceptar retiros”, dice a Lachachara.co durante la entrevista.
El gobierno ha tratado de desestimular el uso de efectivo bajando la tasa del IVA para compras con tarjetas en los comercios, pero esto no ha disminuido las dificultades. El presidente de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional, José Guerra, alertó en un artículo personal que hay un déficit de billetes equivalente a 2.750 millones de piezas, con lo cual se dificultan las transacciones de la economía.