ActualidadAnálisisLocalesMundoNacionales

Análisis: Covid-19 y los medios de comunicación

Frente al terror de la pandemia, el llamado cuarto poder, aquí y en el mundo, se desmadró. Muchos sucumbieron ante la tentación de la ‘chiva’. Otros no resistieron la falta de anunciantes.

Por Rafael Sarmiento Coley

Rafael Sarmiento Coley, director de www.lachachara.co

Desde cuando Dios creó el Mundo y Adán y Eva se paseaban en pelotas por las trochas del Edén, se ha dicho que pronto llegará el final.

En cada tempestad, tormenta o aguacero de 40 días con sus noches –como los que soportaron Noe con su numerosa prole y su inmenso zoológico–, los oráculos de turno sentencias al ser consultados por sus amos: “¡Llegó el fin, mi amado Señor!”.

Así pasa con el periodismo, un oficio tan viejo que se remonta a los mensajes en forma de escrituras que generaciones remotas dejaron en ciertos lugares, como en las Cuevas de Altamira, luego de que ese ser humano bajara de los árboles, dejara de caminar en cuatro patas, empezara a conocer los principios básicos de la comunicación (el habla, el olfato, el tacto, los ruidos y los colores y las formas).

Luego apareció la generación de los papiros en donde las distintas religiones escribieron sus primeros dogmas, en especial el catolicismo que sobresalientes periodistas como Lucas dejaron toda una imborrable cátedra de cómo escribir bien, hasta dar el salto a la imprenta de los caracteres o tipos móviles inventada por el alemán Juan Gutenberg (1.440); sobrevino la fotografía con el daguerrotipo de Louis Daguerre en 1837; el cine de los hermanos Louis y Auguste Lumëre en 1895, hasta la era de la avalancha mediática, desarrollada con las industrias del cine, la radio, la televisión y, desde luego los periódicos.

El referente histórico de los periódicos es el estadounidense William Randolph Hearst, quien llegó a ser el hombre más rico y poderoso de medio mundo, tal como hoy lo es Bill Gate con su Microsoft. La diferencia entre Hearst y Gates es que en su momento tuvo la astucia de acaparar casi todos los periódicos que circulaban en Estados Unidos, creando la cadena de medios impresos más poderosa, en tiempos en que el periodismo era, en realidad, el Cuarto Poder. Y Hearst lo supo aprovechar, como empresario y político. Hasta cuando, como a todo puerco gordo, le llegó su San Martín.

Su periplo vital fue tan importante en Estados Unidos, que de él se hizo la denominada ‘mejor película que se ha hecho en el mundo: Citizen Kane (El Ciudadano Kane), escrita, dirigida y protagonizada por el genial Orson Welles.

Y llegó el sepulturero

 

Si bien es cierto que con cualquier pequeña brisa de crisis económica lo primero que suspenden las empresas es la publicidad, con la pandemia del Coronavirus la situación se puso peor. Ya muchos medios tradicionales habían despedido a millones de empleados en el mundo, tal como ocurrió en Barranquilla con El Heraldo; La Libertad casi desaparecido; El Universal de Cartagena, El Meridiano de Córdoba, y en el resto del país, cerraron sus rotativas El Mundo de Medellín y Occidente de Cali. La revista Semana, a pesar del músculo financiero de su nuevo dueño, Jaime Giliski Bacal, se ha visto obligada a reducir su personal en un 30% y rebajar dramáticamente los sueldos a todo su recurso ejecutivo y periodistas. El diario El Tiempo propiedad ahora del multimillonario mexicano Carlos Slim, del mismo modo ha tenido que entrar al obligado duro recorte de personal. Lo mismo que El Espectador, en manos de los herederos del llamado Grupo Santo Domingo.

La radio en general pila para el afrecho, y hay indicios de que algunas emisoras de enorme sintonía y dominio informativo y manejo de opinión se han visto tentadas a ‘negociar’ con personajes de las mafias de múltiples colores que operan en Colombia. Todo ello para poder sobrevivir con el buen nivel gracias a una nómina de reporteros costosa,

La verdad es que la Covid-19 sorprendió a los grandes medios de comunicación con los pantalones abajo, lo que dio origen a la trillada tesis de que había llegado el final del traqueteo de las rotativas. Es posible. Sin embargo, muchas seguirán manchando hojas de papel por muchos años más, aunque cada día se vean más avasalladas por la era digital.

Hay quienes aseguran que el periodismo en la era de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones cambió de rumbo. Que el Internet y las redes sociales son los sepultureros de los medios tradicionales. De todas maneras, eso se veía venir. Algún día sería mucho más barato y rentable el periodismo digital, que seguir descuajando montañas de pino para fabricar el papel en el cual se imprimen los periódicos.

Lo que dice Penelope

La experta Penelope Abernathy, exvicepresiddenta del Wall Street Journal y del New York Time, en reciente entrevista con AFP, considera que existe aún un futuro para algunos grandes diarios y revistas.

¿Por qué la prensa se derrumbó con la COVID-19?

En muchos países, los diarios se construyeron históricamente sobre un modelo lucrativo. En Estados Unidos, no se apoya en el hecho de que los lectores paguen por las informaciones, sino en anunciantes.

Ahora, ese modelo se derrumbó y los periódicos no lograron construir una respuesta digital. Incluso en mercados muy pequeños, Facebook y Google engullen tres cuartas partes de los ingresos digitales. Los medios se reparten las sobras. No es suficiente para construir un periodismo sólido.

La COVID-19 ha diezmado aún más ese modelo basado en la publicidad. Vivimos una crisis económica prolongada. Los medios sobrevivían con poco margen, la COVID-19 aceleró su caída.

¿Qué periódicos perdemos?

En Estados Unidos, hemos perdido una cuarta parte de los periódicos que existían en 2004. La mayoría de los que desaparecieron eran diarios pequeños o semanales. Cerraron de un día para otro: Se convirtieron en semanales, y eso no funcionó. Pasaron a versión digital solamente, y luego desaparecieron. Como consecuencia de esto, desde 2008 la mitad de los periodistas de la prensa fueron despedidos.

Tenemos aún 150 grandes diarios regionales. A pesar de que tenían esperanzas al inicio de su transformación digital, no fueron capaces de producir ingresos a través de la publicidad o las suscripciones.

Y los dueños cambiaron de manera radical. La mayor parte de los grandes grupos de diarios cotizaban en bolsa, sabíamos lo que hacían. Sus nuevos dueños son empresas privadas o fondos especulativos. Su prioridad es pagar dividendos. Pueden llegar y recortar los presupuestos de manera mucho más agresiva.

Lo que me preocupa en Estados Unidos es que tenemos una tendencia a perder diarios en las comunidades con grandes dificultades, con fuertes índices de pobreza. Y, sin embargo, son ellas las que más necesitan informarse para preparar un futuro mejor.

¿Qué modelos económicos pueden subsistir?

Un diario nacional como el New York Times o el Wall Street Journal puede aplicar una estrategia para alcanzar un número suficiente de lectores y convencerlos de pagar. ¡Pero un diario regional nunca llegará a 5,5 millones de suscriptores!

Publicidad

Fórmulas con fines lucrativos, no lucrativos o híbridas funcionarán según los lugares. Un dueño de diario creativo y riguroso que desea invertir a largo plazo en un mercado con un potencial de crecimiento tiene posibilidades de éxito.

El papel impreso sobrevivirá de alguna forma. Hace diez años, se vaticinaba que hoy en día leeríamos todos libros digitales. ¡Pero tocaron su techo hace cinco años! Hay un futuro para las revistas semanales y mensuales. Pero salvo raras excepciones, recordaremos con nostalgia la era de los diarios.

¿Cuáles son las diferencias entre gripa común y COVID-19?

A diferencia de un resfriado común, el coronavirus ataca severamente a los pulmones y el 80 % de las infecciones son asintomáticas. Si una persona presenta síntomas como fiebre constante, tos seca y dificultad para respirar, propios de COVID-19, debe informar a los centros de atención en salud.

 

Pros

Cons

Sobre el autor

Director general de Lachachara.co y del programa radial La Cháchara. Con dos libros publicados, uno en producción, cuatro décadas de periodismo escrito, radial y televisivo, varios reconocimientos y distinciones a nivel nacional, regresa Rafael Sarmiento Coley para contarnos cómo observa nuestra actualidad. Email: rafaelsarmientocoley@gmail.com Móvil: 3156360238 Twitter: @BuhoColey
Noticias relacionadas
EntretenimientoLocales

Este viernes vuelve La Cháchara en La Aduana

ActualidadAnálisis

¿Cuanto cuesta demoler el viejo puente Pumarejo?

EntretenimientoLocales

Presentan en La Cueva el libro de cuentos de Ramon Vinyes

EntretenimientoNacionales

Canal Capital le pone salsa a este fin de semana  

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *