Imperdonable sería que los barranquilleros se olvidaran de ella. Este martes 3 de junio cumple sólo tres años de fallecida y los barranquilleros y las autoridades locales no le pasan ni una manito de pintura ni siembran un palito de matarratón al parque de la calle 73 y la carrera 43.
Por:Francisco Figueroa Turcios
Esthercita Forero le cantó a su tierra de manera visceral y nostálgica. Sus canciones hacen parte del imaginario colectivo y han calado profundamente en la identidad de los barranquilleros y colombianos en general, que las reconocen y veneran como himnos populares.
Temas como «Mi vieja Barranquilla» (1974), «Luna barranquillera» (1963), «La Guacherna» (1976), «Volvió Juanita» (1978), «Palito ‘e matarratón» (1964), y «Tambores de Carnaval» (1978), reflejan el amor profundo por su ciudad natal, pero es lamentable que no sea correspondido ese inmenso cariño que ella sintió con su tierra y con su gente.
Y a propósito de este tema de hondo calado cívico, se realiza Rueda al Parque el primero de junio de 3 a 6 PM en el Parque Sagrado Corazón Sagrado, como parte del valioso programa de Ciudadano de Honor, El Heraldo, otras importantes empresas barranquilleras del sector privado y la Triple A.
Conociendo la sensibilidad de la bella Directora de Relaciones Públicas de de la empresa de aguas, alcantarillado y aseo, Angie Choperena (quien ha bailado hasta el cansancio desde niña las canciones de Esthercita), no queda la menor duda de que incluirán al Parque de la 73 con 43 en esta noble programación.
El parque Esthercita Forero presenta un estado de abandono total. Las dos placas de bronce instaladas en la base del monumento (la del dorso y lateral derecho) se las robaron. Solo quedó una placa, que es donde aparece la firma del ex-alcalde Humberto Caiaffa. Y póngale la firma, el ladrón fue un basuquero que cambia lo robado por vicio con el cual se suicida en forma acelerada.
El saqueo no se queda allí. Dos de las siete placas de bronce que estaban en el piso, con las que se recuerdan las canciones de Esthercita, fueron robadas. Ya este segundo hurto es el de esos sujetos con cara de diablo que andan toda la noche con carretillas dizque recogiendo cartones y botellas. ¡Mentiras! Se apropian de lo que encuentran mal ubicado, se llevan todo lo que pueden desprender en el momento en que no hay patrullas policiales a la vista, porque a los ciudadanos les importa un pito y ni siquiera se toman el trabajo de bajar el vidrio del carro para gritarles que respeten los monumentos públicos y, de paso, lanzarles un sonoro madrazo. Bien merecido por cierto. No se han robado las placas de las canciones: Volvió Juanita, Tambores del carnaval, La Guacherna, Mi vieja Barranquilla y Nadie ha de saber. Se llevaron las placas «Palito ‘e matarratón» y «El hombre del palo». También, fue presa fácil de los ladrones del «cartel del bronce» la placa donde aparecía letra «Do» del pentagrama musical.
De los 13 pinos que sembraron en el parque, 11 fueron robados y solo quedan dos, que ante el fuerte verano ya se murieron. Están allí como testigos mudos de la desidia de las autoridades y el compromiso de la ciudadanía. La estructura que soporta la escultura de Esthercita Forero está toda cuarteada, muestra elocuente del mal material con que fue construida. Ante la falta de mantenimiento del parque se han destruido los ladrillos de las materas.
Una bandera grande de Barranquilla que tenía en su mano derecha, también fue robada, lo que confirma el vandalismo y la falta de civismo de la ciudadanía. A lo mejor hoy está en algún tugurio del bajo sur de la ciudad sirviendo de mantel en una mesa destartalada.
Epicentro de drogadictos y vendedores ambulantes
El parque Esthercita Forero, ante semejante abandono, se convirtió en el epicentro de los drogadictos que tranquilamente, bajo el palo de matarratón (paradojas de la vida), duermen de manera plácida ante la mirada de los policías del cuadrante. Y además se constituye en punto estratégico de venta de los vendedores ambulantes aprovechando el semáforo de la calle 74 con la carrera 43.
«No hay sentido de pertenencia de las autoridades (ni de la comunidad) por este pequeño parque que debe estar como una tacita de plata, como un homenaje a esa mujer que siempre le cantó a Barranquilla y fue una embajadora de nuestro país por su música», señala Sebastián Martínez, un barranquillero que se siente impotente ante el olvido a Esthercita Forero.
«Ojala el martes las emisoras le hagan un homenaje así como se lo hicieron a Diomedes Díaz, que colocaron todo el días todas sus canciones. Amanecerá y veremos», terminó diciendo.